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Columna
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Merkel mira al interior

Quién es la persona más importante en Europa hoy en día? Muy posiblemente la canciller alemana, Angela Merkel. Sin embargo, no asistirá fiesta anual de la élite mundial en Davos la semana que viene. La decisión de Merkel de no visitar la ciudad suiza y reunirse con lo más granado de las finanzas, la política y los negocios fue tomada mucho antes de los ataques a mujeres en Colonia en Nochevieja que la policía sospecha que fueron perpetrados por inmigrantes. Esto ha calentado un ya enconado debate interno por la apertura de fronteras de Alemania. Está claro que las batallas más duras de Merkel están ahora en casa.

Los encargados de formular las políticas en Berlín debaten sobre una expulsión más fácil de los inmigrantes criminales. Pero es poco probable que esto por sí solo influya en la opinión pública. Tras aceptar 1,1 millones de refugiados en 2015, muchos municipios locales ya han llegado a un punto crítico. Incluso antes de los ataques en Colonia, casi tres cuartas partes de los votantes pedían limitar el número de refugiados permitidos en el país –un paso que Merkel hasta ahora rechazaba a pesar de la creciente presión interna del partido, así como las críticas de los socios europeos–.

La política de puertas abiertas de Merkel parece cada vez más insostenible y decidir si se debe defenderla parece que será su gran tarea este año. Es algo desafortunado, porque Davos –y muchos otros debates de este año– estarán dominados por la inmigración, el futuro del euro y el liderazgo de Alemania en la región. Son cosas sobre las que Merkel debería asumir un papel tan visible como sea posible. Pero eso parece cada vez más difícil. Complacer a los amigos en el extranjero cuando hay batallas domésticas es un lujo que no puede permitirse.

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