Arabia Saudí e Irán amenazan al crudo
Un aumento de la disputa diplomática entre Irán y Arabia Saudí se parece a un evento del cisne negro en el mercado del petróleo: difícil de predecir, pero con grandes efectos. El conflicto abierto entre los dos poderes de Oriente Medio amenazaría a casi un quinto del suministro mundial de crudo, enviado diariamente a través del Estrecho de Ormuz.
Las relaciones entre los dos países ya estaban en el punto de ebullición antes de que Arabia Saudí ejecutara al clérigo chiíta Sheikh Nimr al-Nimr. Las dos naciones luchan guerras de poder en Siria y Yemen, y la estrategia de Arabia Saudí de bajar el precio del crudo incrementando la producción tiene a Irán entre sus descontentas víctimas. La ruptura de las relaciones tras el asalto a la embajada de Arabia Saudí en Teherán el 3 de enero ha aumentado las posibilidades de abrir el conflicto entre los dos Estados.
En una guerra entre ambos países, la manera obvia de que Teherán dañe a su rival es cortar las exportaciones de petróleo desde el Golfo que pasan por el Estrecho de Ormuz. El récord global de reservas comenzaría a menguar si el flujo de los petroleros, que transportan en torno a 17 millones de barriles diarios de crudo por el canal que separa Irán de la península arábica, es interrumpido por un conflicto armado en el Golfo.
Ambas partes perderían, pero Irán no tanto. Según el Departamento de Energía de EE UU, Arabia Saudí podría desviar un tercio de sus 7,2 millones de barriles del Golfo. Sin embargo, las pérdidas de las exportaciones pondrían a prueba a la economía del país. En cambio, debido a la restricción por las sanciones internacionales, que podría ser levantada este año, Irán exporta 1,4 millones de barriles a través de Ormuz y ya se ha visto obligado a ajustarse a años de pérdidas.
¿Dónde deja eso al mercado del petróleo? Mientras el conflicto entre ambos países no sea declarado, continuarán los precios bajos. Pero cualquier cambio puede disparar los precios a 100 dólares el barril.