El G7 de Abengoa busca más bancos para futuras inyecciones de liquidez
Las entidades financieras que han creado el denominado G7 de Abengoa, las que lideran las negociaciones con la empresa para buscar una salida a su situación preconcursal, sacaron la semana pasada a última hora el botiquín de primeros auxilios para que la compañía siga a flote. Le inyectaron –junto con el Instituto de Crédito Oficial (ICO), que aportó 8,7 millones al rescate– un total de 106 millones de euros.
Los bancos tensaron la cuerda al máximo, pero concedieron el 24 de diciembre la liquidez mínima que el grupo andaluz requiere para mantener su actividad y para pagar las nóminas de diciembre. Se han blindado con la garantía de acciones de Abengoa Yield, como publicó CincoDías el pasado 7 de diciembre, valoradas en 2,5 veces el importe concedido y que suponen alrededor del 15% del capital al precio actual.
Santander, Bankia, CaixaBank, Popular, Sabadell, Crédit Agricole y HSBC han inyectado 106 millones de euros, que se utilizarán para pagar las nóminas de los 24.000 trabajadores del grupo de ingeniería, de los que cerca de 6.000 están en España. Desde los sindicatos indican que está previsto que el dinero llegue a las cuentas de los empleados a lo largo de esta semana.
Fuentes conocedoras de las negociaciones señalan que las siete entidades que capitanean las conversaciones no están dispuestas a cargar con todo el peso de las futuras inyecciones de liquidez que necesitará Abengoa. Las siete suman un pasivo de cerca de 4.500 millones, cuando el total, incluyendo las deudas a proveedores, ronda los 25.000 millones.
92% es lo que caen las acciones B de Abengoa desde los máximos a 3,29 euros que alcanzaron el pasado abril. Desde entonces, las A se dejan un 85%
El objetivo, que ya ha sido planteado en las reuniones de los bancos, es que otras entidades se sumen en los próximos, y necesarios, créditos para que la compañía siga viva. Otras entidades con importes significativos, de entre 200 y 450 millones, son Bankinter, el sudafricano Nedbank, el francés Natixis, Citi, el japonés Sumitomo Mitsui, el brasileño BTG Pascual y la entidad con sede en Dubai (Emiratos Árabes) Mashreq.
El plan de viabilidad detallado de Abengoa debería estar listo el 18 de enero. Pero para llegar a finales del primer mes de año, una vez descontados los ingresos de eventuales desinversiones, Abengoa necesitará otros 100 millones de euros. Para esa siguiente aportación de dinero en efectivo, el actual G7 quiere que otras entidades financieras se sumen y saquen también sus chequeras para mantener en pie la compañía.
KPMG está en plena elaboración de un libro blanco de Abengoa, que incorporará la rentabilidad de sus negocios, segmentados por países, las necesidades de liquidez de cada uno de los proyectos, además del mapa de deuda, que no ha sido todavía finalizado. Se espera que esté elaborado a finales del próximo mes. Mientras tanto, Álvarez y Marsal trabaja en la fórmula para reestructurar la deuda del grupo –fuentes financieras indican que se ha solicitado de entrada una quita del 60%– y Lazard, contratado en septiembre, está centrado en buscar compradores para los activos que la empresa tiene a la venta.