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Corren pocos riesgos y tienen perfiles planos

Así usan los políticos las redes sociales

Los candidatos de los principales partidos se muestran activos, aunque poco innovadores

Manuel G. Pascual

El senador Barack Obama fue un pionero en el uso en política de las redes sociales. Consciente del poder de este nuevo canal de comunicación, encargó a su equipo en 2008 una ambiciosa estrategia de medios que incluía la apertura de perfiles en las principales plataformas de la época. MySpace, LinkedIn, Facebook, Twitter, Youtube y Flickr le ayudaron a amplificar su mensaje a más de un millón de personas de forma barata. La campaña de 2012 fue distinta: con un entorno online más maduro, esta vez se trataba de destacar entre la marisma. Lo volvió a conseguir.

Se suele achacar su gran éxito en las redes sociales a su atrevimiento. Ya como presidente de EE UU, Obama fue el primer político en contestar preguntas de los internautas a través de Reddit. Suele recurrir a Periscope, la app de Twitter que retransmite en directo vídeos, para mostrarse de forma cercana a sus seguidores, que además pueden interactuar con él a través de esta red social. En sus perfiles se puede saber qué ha hecho durante su última visita de Estado o qué tal se lo pasó viendo a los Chicago Bulls. También usa Twitter para responder regularmente preguntas de los internautas bajo el hashtag (etiqueta) #askPOTUS.

Esta riqueza de usos contrasta severamente con lo que vemos en España. “Hay una falta de originalidad fascinante. Los perfiles de los candidatos de los partidos con más opciones de ganar son muy planos”, opina José Noblejas, director de marketing de Twin Media. Los comentarios que (sus respectivos equipos de comunicación) suben a sus perfiles de Twitter y Facebook son 100% de campaña. Del tipo “#Sevilla, #Andalucía, tradición, arte y cultura a partes iguales. #EspañaEnSerio, mira qué bonita”, entrada que se pudo leer ayer por la tarde en el Twitter de @marianorajoy acompañada de un vídeo en el que el presidente del Gobierno asiste a una actuación a cargo de un grupo de niños.

Errores que cuestan una carrera: de Zapata a Luna

Guillermo Zapata aprendió el mismo fin de semana en que su formación, Ahora Madrid, logró la alcaldía de la capital que más vale medir los comentarios que se lancen en Twitter. Una entrada suya de 2011 en la que se hacía un chiste macabro sobre judíos le costó, si no la salida de la concejalía, ser relegado a un segundo plano.

La inmediatez de Twitter convierte esta red social en un terreno especialmente abonado para los deslices difíciles de olvidar. Para citar solo alguno de los más recientes, esta misma semana ha causado revuelo un tuit del concejal popular Ángel Camacho en el que este llamaba “fondona” a la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís.

Ayer mismo se supo que un concejal de Ciudadanos, Sergio Luna, borró su cuenta de Twitter tras enaltecer a través de esa red social a José Antonio Primo de Rivera. El partido está estudiando qué medidas tomar al respecto.

Los candidatos retuitean los posts de sus respectivos partidos, y viceversa. A menudo para hacer autobombo, como ayer @Pablo_Iglesias_ a cuenta de su participación en el debate televisivo del lunes o en su día @Albert_Rivera cuando la última encuesta del CIS situó a su formación muy cerca de arrebatarle la segunda posición al PSOE.

Pero no responden las preguntas de sus seguidores. Y en contadas ocasiones ofrecen intervenciones por Periscope. El último en hacerlo fue @sanchezcastejón (Pedro Sánchez), aunque con una eficacia cuestionable: retransmitió en directo a través de ese canal su breve arenga en Ferraz a la llegada del debate de A3Media. Las redes sociales permitieron al líder de IU-Unidad Popular, @agarzon (Alberto Garzón), colarse en el debate pese a no participar en él: un tuit suyo quejándose de ello se ha compartido 21.000 veces, convirtiéndose en el comentario más popular del año hecho por un político.

Quien ha programado una serie de entrevistas con participación del público es Iglesias. El candidato ha habilitado un hashtag (#TúEntrevistasAPablo) al que enviar preguntas, que el número uno de Podemos contestará a lo largo de cinco citas de campaña.

Llama también la atención el bajo número de seguidores que tienen los primeros espadas en redes como Twitter si se compara con otros personajes públicos. El más seguido es Iglesias, con 1,37 millones. Luego van Mariano Rajoy (1,02 millones), Albert Rivera (424.000) y Pedro Sánchez (219.000). Cifras similares a las de políticos como Miguel Ángel Revilla (590.000), Esperanza Aguirre (500.000), Alberto Garzón (424.000) o Ada Colau (325.000).

“Me llama mucho la atención que no lleven a cabo más acciones de este tipo. Sobre todo teniendo en cuenta que hay un 19% de indecisos y que son mayormente gente joven, usuarios de las redes sociales desde que se levantan hasta que se acuestan”, apostilla Noblejas.

En esta categoría, la de acciones originales, se enmarcaría el vídeo Hípsters difundido por el PP. Quizá no haya tenido el efecto deseado, pero por lo menos lo han intentado.

Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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