El partido más esperado (y el más blindado) del año
El estadio del Real Madrid tiene capacidad para más de 81.000 espectadores Se recomienda ir con tiempo, debido a los cacheos, y no llevar mochilas
El campeón visita este sábado a su perseguidor en la Liga con una renta de tres puntos. Ambos contrincantes se jugarán el liderato en un partido en el que la gran cantidad de estrellas que pueblan sendas plantillas no serán las únicas protagonistas. Los atentados del viernes pasado en París, en los que murieron 132 personas y resultaron heridas otras 352, han provocado que el partido se rodee de unas medidas de seguridad sin precedentes. El Ministerio del Interior anunció ayer por la tarde, tras una reunión extraordinaria, el despliegue de 1.000 agentes de la Policía Nacional, a los que se sumarán otros 1.400 vigilantes de seguridad privada, efectivos de Policía Municipal, emergencias y Protección Civil. “Será un dispositivo intensivo para garantizar la seguridad y la absoluta normalidad del partido”, aseguró el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez.
El partido conserva la calificación de alto riesgo, propia de todos los enfrentamientos entre el FC Barcelona y el Real Madrid, aunque en este caso la dotación de agentes será “más del doble” de la que suele haber en estos casos. Desde hoy jueves, el Santiago Bernabéu estará especialmente blindado y tomado por perros policías, expertos en detectar explosivos, así como especialistas en inspeccionar el alcantarillado. Además, se empezarán a controlar todos los vehículos aparcados en las inmediaciones del estadio, que tiene una capacidad para más de 81.000 espectadores, aunque, en esta ocasión, solo podrán acceder a las puertas de entrada, tras pasar un triple control, aquellos que dispongan de una entrada para ver el duelo.
La máquina de vender entradas
El Real Madrid lidera el ranking mundial en cuanto a facturación, según el estudio Football Money League, elaborado por Deloitte. El equipo blanco facturó la temporada pasada 549,5 millones de euros, un 5,8% más que en la temporada anterior: 113,8 millones corresponde a la venta de entradas; 204,2 millones a derechos de televisión; y 231,5 millones en concepto de publicidad, patrocinios y merchandising.
Por su parte, el FC Barcelona descendió del segundo puesto al cuarto al mejorar los ingresos del Manchester (518 millones) y del Bayern de Múnich (487,5 millones). La facturación del equipo blaugrana fue de 484,6 millones, frente a los 482,6 millones de la pasada edición: 116,8 millones corresponden a entradas; a derechos de televisión 182,1 millones y a publicidad y patrocinios 185,7 millones.
Ambos equipos tratan de darle la normalidad que corresponde a un encuentro de estas características, que será visto por más de 400 millones de espectadores de todo el mundo y que ha disparado hasta el 92% la ocupación hotelera en Madrid, según datos de Trivago. Los que vayan al estadio lo deberán hacer con suficiente tiempo de antelación –el partido comienza a las 18.15 horas– porque habrá exhaustivos controles en el triple anillo de seguridad, que pretende alejar del campo a aquellos curiosos que siempre, aunque no dispongan de entrada, merodean por los alrededores para disfrutar del ambiente futbolístico que se genera en este tipo de citas deportivas. Los que sí tengan abono serán minuciosamente registrados y cacheados, tal y como ha adelantado esta semana la delegada del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Concepción Dancausa, que aseguró que se inspeccionarán hasta los bocadillos. Asimismo, ha aconsejado a los aficionados ir al estadio sin mochilas. La afición del Barça accederá al Bernabéu escoltada por la policía, y antes de que se abran las puertas para el resto del público, medida habitual en los clásicos.
El martes se anuló el encuentro que iba a enfrentar en Bélgica al combinado de ese país contra la selección española. Sucedió lo mismo con el partido en el que se iban a medir Alemania y Holanda en Hannover, aunque esta vez se canceló a solo hora y media de su inicio. Sí se pudo disputar en Londres el choque entre Inglaterra y Francia, rodeado también de grandes medidas de seguridad.