El empleo mantiene la consistencia
El desempleo contabilizado en las oficinas públicas se ha incrementado en 82.327 personas en octubre por la finalización de la temporada turística, y el número de demandantes de empleo sube hasta los 4,176 millones de personas. Pero esta evolución nominal tan negativa, reiterada cada mes de octubre, esconde una marcha del empleo muy consistente y plenamente coherente con los meses precedentes. Independientemente de que en términos desestacionalizados (homogeneizando el calendario laboral) el número de parados desciende en 6.727 personas, es la evolución de los cotizantes a la Seguridad Social la que da cuenta puntual de la evolución del empleo. En octubre, se elevó en 35.230 el número de cotizantes ocupados en términos filtrados y con una distribución que revela que la tendencia alcista de la generación de empleo no ha cedido. En los últimos 12 meses, el avance es de 529.216 personas, un 3,18%, similar a la tasa interanual de avance de los ocupados que la encuesta de población activa calculaba para toda la economía hasta septiembre pasado. Tras seis ejercicios de destrucción de empleo, en 2014 y 2015 el número de cotizantes se recupera con intensidad, contabilizando casi un millón de nuevos afiliados.
Octubre ha funcionado como siempre: fin de la campaña turística y comienzo de la escolar, con un saldo coyuntural contractivo. Probablemente se ha producido una ligera ralentización en la generación de empleo, coherente con la misma atenuación del crecimiento que ha tenido el PIB en el tercer trimestre, tal como ha confirmado el INE, que cifra en el 0,8% el avance del tercer trimestre, frente a un 1% del segundo. Pero el comportamiento estructural del mercado laboral se ha mantenido como en trimestres anteriores, con un avance muy fuerte de los ocupados en los servicios en términos desestacionalizados y manteniendo el ritmo de recuperación sostenida en la industria manufacturera, con tasas cercanas al 3% interanual, y en la construcción, con avances cercanos al 7%. El resto de indicadores de contratación, con un avance notable de los contratos fijos de duración indefinida, se mueven en la misma dirección que en los meses pasados y no hay motivos para pensar que se pueda quebrar la tendencia por las tenues caídas de la confianza, de los pedidos empresariales y de las expectativas que pueda haber generado la incertidumbre política electoral o la ralentización, cierta, que se ha producido en la economía mundial y que de alguna forma tiene que influir en la demanda en España.
Dado que el desempleo sigue siendo el primer problema que tiene España, convendría, ahora que comienzan a oírse propuestas alternativas, mantener el rumbo de la política económica y de la laboral, sin descartar cuanto perfeccionamiento precisen para intensificar la generación de empleo, en cantidad y en calidad.