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La meta en los procesos de producción es consumir más agua regenerada y menos fresca

Depurar agua gastando un 30% menos de luz

La química Dow Water & Process Solutions fabrica tecnologías para el tratamiento hídrico en empresas.

Área del centro de tratamiento de agua dulce y salada de Dow Water, en Tarragona.
Área del centro de tratamiento de agua dulce y salada de Dow Water, en Tarragona.
Denisse Cepeda Minaya

El tratamiento y la reutilización del agua cobran fuerza en la industria. El consumo de este recurso esencial en los procesos de producción representa el 15% en el sector. Y ante una mayor escasez, por el rápido crecimiento de la población –calculada en 9.700 millones para 2050 por la ONU– y sus efectos sobre el medioambiente, las empresas tiran de la innovación para garantizar la sostenibilidad financiera de sus negocios.

Es la meta del centro tecnológico Dow Water & Process Solutions en Tarragona, una unidad de negocio de la multinacional química Dow que desarrolla tecnologías para la regeneración y purificación de aguas sucias, de mar o río. El objetivo último de sus investigaciones es disminuir el consumo energético entre un 10% y un 30% en los sistemas de tratamiento y elevar la vida del agua residual, haciéndola más resistente al ensuciamiento, señala Verónica García, responsable de la compañía en Europa.

La planta, en un polígono químico de 2.000 metros cuadrados a 15 minutos del centro de Tarragona, se inauguró en 2011, con una inversión de 13,8 millones de euros, el 10%, de fondos públicos. “No hay un centro igual en todo el mundo, por tamaño, número de tecnologías y tipo de investigación”, asegura García.

Es el más grande de la compañía, que cuenta con otros dos en Francia y Arabia Saudí; el único con acceso directo a los tres tipos de agua: del Mediterráneo, el Ebro y residuales; con 20 proyectos al año y una facturación global de 1.000 millones de dólares (unos 880 millones de euros), sin precisar las ventas ni clientes (“cientos”) en España.

Soluciones

La industria energética, microelectrónica o turística se ha beneficiado de sus innovaciones. Las membranas de ósmosis funcionan como un filtro y, en función de la cantidad de residuos, agotan hasta cuatro etapas, la última de purificación máxima.

Así, se comienza por aquellas que retienen las partículas más gruesas hasta llegar a la que depura algunos componentes disueltos. “Son cadenas de tecnología. Según la suciedad y el agua que quieras obtener, necesitarás más o menos procesos.

Las cifras

1.000 millones de dólares al año (unos 880 millones de eu-ros) factura la compañía.

10.000 metros cúbicos de agua, sea de río, mar o residual, gestiona diariamente la planta de tratamiento.

60 empleados trabajan en este centro de I+D, de los cuales 40 son fijos y los demás, temporales y estudiantes de doctorado.

La purificación no lleva componentes químicos. Solo se usan las membranas, que es una barrera semipermeable producto de un proceso físico-químico”, explica García.

Entre ellas destacan las membranas de ósmosis inversa Dow Seamaxx, que reducen un 10% el consumo de energía en los procesos de desalinización, arguye la firma, y que pueden utilizarse en las torres de refrigeración eléctricas. En España tiene también usos municipales y de regadío. 

Mientras que las Dow Filmtec Eco, también de ósmosis inversa, disminuyen un 30% el coste energético, las membranas de ultrafiltración Integraflux se usan como tratamiento previo de la ósmosis inversa, con una reducción de energía del 10%.

El centro también trabaja en la fabricación de un producto que previene el ensuciamiento y que se lanzará al mercado en enero. Desde Dow Water opinan que este tipo de inversiones interesa a las empresas por los beneficios económicos que aporta a medio plazo –dos o tres años–, y añaden que, sobre todo en las grandes, hay una mayor conciencia al respecto.

Es el caso del hotel Gran Meliá Palacio de Isora (Tenerife), que duplicó hace dos años la producción de agua potable de su desaladora tras una inversión de 140.000 euros y cuyo mantenimiento está a cargo de Veolia, una opción “más económica que la municipal”. La planta gestiona de media 15.500 metros cúbicos por mes, dice el hotel. Y Dow Water añade un ahorro del 15% en luz.

En este sector se calcula que un huésped gasta 215 litros por día. “Es un recurso verde. Se trata de consumir cada vez menos agua fresca, que la empresa trate su propia agua residual y la reutilice”, dice García. O sea, caminar hacia una mayor autonomía y un menor consumo de este recurso en la industria.

Membranas de ósmosis inversa eco.
Membranas de ósmosis inversa eco.

Más usos municipales y agrícolas

El centro tecnológico de Dow Water & Process Solutions aboga por un mayor uso de aguas residuales tratadas en la agricultura o para consumo humano.

“Pese a que es regenerada, desde el punto de vista de calidad puede ser mucho mejor que la del río Ebro”, defiende la portavoz de la firma, Verónica García. Pero la legislación española impide dichos usos; una medida “muy estricta” para la multinacional. “El agua regenerada debe cumplir unos parámetros que son un poco excesivos.

A día de hoy, no se le está dando tanta salida como se le podría dar”, insiste. Y cita el caso de Singapur, donde “su uso para regadío está mucho más aceptado”.

Dow Water trabaja, además, en dos proyectos europeos, uno de ellos enfocado en la optimización del consumo de productos químicos en la limpieza de los sistemas para que sean más resistentes al ensuciamiento.

Sobre la firma

Denisse Cepeda Minaya
Periodista especializada en energía, medio ambiente, cambio climático y salud. Máster en Economía verde y circular por el Inesem y Máster en Periodismo por la UAM/El País. Con más de 20 años de experiencia en periodismo económico. Anteriormente trabajó en República Dominicana como reportera de economía en los periódicos El Caribe y Listín Diario.

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