Bruselas teme que Tsipras intente rebelarse otra vez
Los lacónicos mensajes de felicitación que las instituciones europeas dirigen a los vencedores de las elecciones generales en cualquier país de la Unión Europea se convirtieron ayer en misivas de hasta cinco párrafos para recordarle a Alexis Tsipras los compromisos adquiridos en el marco del tercer rescate y urgirle a que aproveche su victoria del domingo para formar un gobierno con amplio respaldo parlamentario para llevarlos a cabo.
El reelegido primer ministro, sin embargo, ha optado por repetir coalición con una formación escindida de Nueva Democracia (populares) y firme enemiga de las políticas dictadas por la troika. Bruselas teme que Tsipras rompa la disciplina europea tan pronto como tenga la más mínima oportunidad, sobre todo ahora que ha diezmado a toda su oposición de derechas y de izquierdas.
Advertencias
El presidente de la comisión Europea, Jean-Claude Juncker, urgió ayer por escrito a Tsipras a “aprovechar su mandato democrático para avanzar en la ejecución del Programa de apoyo a la estabilidad pactado con los socios europeos durante el mes de agosto”. Ese programa o tercer rescate ofrece a Atenas otros 86.000 millones de euros de financiación para cubrir sus vencimientos de deuda (el 80% con la zona euro) durante los próximos tres años y llevar a cabo la recapitalización de la banca. Desde Berlín, el portavoz del gobierno de Angela Merkel también advirtió que “el programa del tercer rescate sigue siendo válido más allá del día de las elecciones y de las negociaciones de una nueva coalición”.
Primer desplante
El nuevo gobierno de Tsipras no dispone de margen para resistirse a aplicar el Memorándum de condiciones del tercer rescate. Pero en Bruselas no pasó desapercibido el tono de rebeldía de su primer discurso en la noche electoral del domingo, cuando Tsipras celebró con los simpatizantes de Syriza una victoria mucho más abultada de lo pronosticado por los sondeos y de lo deseado por la mayoría de las capitales europeas.
Coalición incómoda
La zona euro daba por descontado una victoria de Syriza, pero esperaba que fuera tan ajustada que Tsipras necesitara el apoyo de dos o tres partidos para formar gobierno, lo que hubiera permitido la entrada en el Gobierno de grupos afines a las tesis de Bruselas como los liberales de To Potami, de los socialistas del Pasok e, incluso de los conservadores de Nueva Democracia. Pero ese escenario no se cumplió y la misma noche de domingo Tsipras anunció que repetiría coalición con Anel, la escisión de Nueva Democracia contraria a seguir los dictados de la troika. Bruselas no ocultó ayer su disgusto por esa elección.
Sin oposición
Alexis Tsipras apenas dispone de margen en su relación con Bruselas, pero el resultado electoral le concede mucha capacidad de maniobra en el interior del país. Syriza ha perdido 200.000 votos, pero el centro derecha, 300.000. Los liberales de To Potami se han desplomado (-40%). Y el bipartidismo que gobernó Grecia durante casi 40 años, Nueva Democracia y Pasok, sumó el domingo menos votos (1,8 millones) que la formación de Tsipras (1,9 millones). Bruselas se pregunta cómo actuará el primer ministro griego en ese escenario sin rivales. Y ya ha pedido a Atenas que mantenga la orientación europeísta que emana de un electorado que ha dejado fuera del Parlamento a las formaciones que proponían la salida del euro, como la recién fundada por el ex ministro de Energía y apoyada por el ex ministro de Economía, Yanis Varoufakis.
Nuevos ajustes
Entre las primeras tareas del gobierno de Tsipras estará la elaboración de los presupuestos para 2016, en los que deberá incorporar los ajustes previstos en el tercer rescate. Bruselas reclama un superávit fiscal primario (es decir, descontado el pago de los intereses) del 0,5%. Se trata de un objetivo difícil para un país en una situación de tanta penuria económica, pero mucho menos de lo exigido en el rescate anterior (superávit del 4,5%). Aun así, obligará al gobierno de Syriza a adoptar recortes impopulares o a incrementar la recaudación de impuestos.
Refugiados
La Unión Europea también recordó ayer a Alexis Tsipras que Grecia es una pieza fundamental en la gestión de la crisis de los refugiados. Algunos socios europeos acusan a Atenas de haber dejado sin protección la frontera exterior de Schengen.
El rescate de la banca podría salir por 10.000 millones
La recapitalización de la banca parece ser la necesidad más urgente de Grecia. El tercer rescate ha reservado 25.000 millones de euros con ese objetivo. Y el fondo de rescate (Mecanismo Europeo de Estabilidad) ya tiene preparada una primera entrega de 10.000 millones de euros, que podría liberarse tan pronto como fuera necesario.
Las necesidades totales de capital se conocerán hacia finales de año, cuando concluyan los tests de estrés y el análisis de activos que se está realizando. Pero fuentes europeas señalan que podría bastar con los 10.000 millones euros de la primera entrega y que no sería necesario disponer de los 15.000 millones restantes. De ser así, la factura total del rescate podría rebajarse o destinarse ese remanente a cubrir otras necesidades.
La factura definitiva del rescate de la banca griega también dependerá de las pérdidas que se impongan a acreedores y bonistas. El acuerdo sobre el rescate, aprobado por el Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro) el pasado 14 de agosto, prevé la imposición de pérdidas incluso a los bonistas senior, que en otros rescates anteriores habían quedado a salvo. El acuerdo descarta, en cambio, la contribución de los ahorradores, que en el rescate de Chipre sufrieron cuantiosas pérdidas cuando sus depósitos superaban los 100.000 euros.
La primera entrega del tercer rescate ya se liberó el pasado 20 de agosto y fueron 13.000 millones de euros en total, destinados en gran parte a hacer frente los vencimientos de bonos comprados por el BCE. Antes de fin de año se podrían liberar otros 3.000 millones si Atenas cumple las condiciones exigidas. Aun quedarían otros 45.000 millones desembolsables hasta 2018, último año de este rescate.