Los límites de las normativas
Los banqueros centrales trabajan en un nuevo código de conducta mundial por el golpe en el mercado de divisas. La industria de 5 billones de dólares al día podría utilizar un libro de reglas sobre lo que es un comportamiento aceptable, pero la orientación tiene sus límites.
El comité de redacción de la nueva normativa –incluyendo a los peces gordos de la Reserva Federal de Nueva York, el Banco de Inglaterra y el Banco de la Reserva de Australia– solo puede emitir recomendaciones. Depende de los reguladores y legisladores decidir cuándo y cómo poner en práctica estas ideas. Por ejemplo, Reino Unido ya ha criminalizado la manipulación de los valores de referencia de monedas. Incluso si los demás siguen su ejemplo, puede haber diferencias en cómo se aplican estrictamente las sanciones.
Al ritmo al que evoluciona el mercado, las pautas que son útiles hoy pueden quedarse rápidamente anticuadas
Por otra parte, al ritmo al que el mercado está evolucionando significa que las pautas que son útiles hoy pueden quedarse rápidamente anticuadas.
Las nuevas directrices del mercado cambiario son un intento de ponerse al día. Aunque el mosaico actual de códigos está dirigido principalmente a los bancos, el nuevo régimen global se aplicará tanto a los participantes del lado de las ventas como del de las compras en el mercado de divisas, además de cubrir las plataformas electrónicas. Los políticos también quieren asegurarse de que hay un mecanismo para actualizar las normas a medida que el paisaje del mercado cambia.
Eso es bueno hasta donde llega, pero falta algo: la idea de que los clientes pueden tener que adaptarse también. Los bancos naturalmente intentan minimizar los riesgos y maximizar los rendimientos dentro de las reglas. Como resultado, los inversores no pueden ser absueltos de la responsabilidad de hacer los deberes sobre si están recibiendo un trato justo.
Unos códigos de conducta claros harán más fácil identificar a los que están intentando desplumar a los clientes. Pero estos todavía tienen que observar un código aún más antigua: caveat emptor (el comprador asume el riesgo).