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Del ejército británico a la conquista de las ciudades

Land Rover, el todoterreno con sello británico

En su primer año de vida ya exportó en 70 países Jaguar Land Rover vendió en 2014 462.678 unidades en todo el mundo

CINCO DÍAS

El todoterreno, como otros inventos revolucionarios, también es fruto de la investigación militar. Más concretamente, fue la respuesta que dieron los fabricantes de vehículos americanos a la petición de ofertas cursada por el Ejército de EE UU para construir masivamente un vehículo pequeño, con tracción a las cuatro ruedas y apto para diferentes tareas. Debía ser fiable, estable y fácil de mantener. El resultado fue el Jeep, de los que durante la Segunda Guerra Mundial se construyeron cerca de un millón de unidades.

Cronología

1947. El director técnico de Rover, Maurice Wilks, y su hermano Spencer Wilks detectan un vacío de mercado mientras conducen su Jeep, el primer todoterreno de la historia.

1948. El primer Land Rover hace su debut en el Salón del Automóvil Ámsterdam y es un éxito instantáneo. Para finales de ese mismo año, el nuevo vehículo ya se estaba exportando a 70 países.

1968. El fabricante británico de vehículos Leyland, que incluye a Rover y Triumph, se incorpora a la British Motor Corporation (BMC), a la que ya pertenecen Austin, Morris y Jaguar, constituyendo la British Leyland.

1970. Nace el Range Rover, uno de los modelos insignia de la compañía. Se le dota de una suspensión apta para la conducción en carretera que a la vez resulte ágil cuando ejerce de todoterreno.

1978. Nace Land Rover Limited como compañía independiente de British Leyland, intervenida por el Estado desde 1975 para evitar su quiebra.

1987. Se constituye Range Rover of North America, la compañía con la que la marca da el salto al mercado estadounidense. Por esa época las ventas acumuladas de la firma superaban el millón y medio.

1989. Se presenta en el Salón del Automóvil de Fráncfort el Discovery, con la intención de adentrarse en el floreciente mercado de los vehículos de ocio. El nuevo modelo incorpora un interior muy cuidado.

1997. La feria de Fráncfort es una vez más el escenario elegido para descubrir otra novedad de la marca. En este caso se trata del Freelander, que se ofrece en dos estilos de carrocería (cinco y tres puertas).

2000. Land Rover es adquirido por la Ford Motor Company, incorporándose a Aston Martin, Volvo, Lincoln y Jaguar bajo la designación de Premier Automotive Group.

2008. El grupo Tata Motors adquiere Land Rover y Jaguar, creando la firma Jaguar Land Rover.

Fue precisamente conduciendo un Jeep en su granja de Anglesey, Gales, como el director técnico de Rover, Maurice Wilks, y su hermano Spencer, consejero delegado de la compañía, se dieron cuenta de la existencia de un vacío en el mercado de ese tipo de automóvil. Desde la compañía cuenta que bosquejaron el boceto de un vehículo sobre la arena de una playa galesa, y ese fue el origen de Land Rover.

Corría el año 1947 y, en plena labor de reconstrucción de un continente arrasado por la guerra, se decidió que el nuevo vehículo utilizara un chasis de Jeep con motor Rover. La carrocería estaba fabricada con sencillos paneles de aleación ligera sobre chasis sobrantes de la época bélica, lo que evitó el uso de acero, entonces racionado, así como la necesidad de contar con complejas y caras herramientas de estampado.

El primer modelo vio la luz un año después. Fue un éxito: antes de acabar 1948 ya se estaba exportando el Land Rover, el modelo más vendido de Rover, en 70 países.

El vehículo no tardó en ir adoptando una forma menos tosca que los modelos diseñados estrictamente para el ejército, pese a que durante años las fuerzas armadas británicas fueron el principal cliente de la compañía. En 1950 se le instalan al Land Rover grupos ópticos más grandes y potentes, que emiten luz a través de aperturas en la rejilla de protección. También se introduce el techo rígido, un lujo del que los militares todavía no habían disfrutado.

Asimismo, la tracción a las cuatro ruedas es modificada: dos palancas controlan la relación larga y corta, engranando esta última automáticamente la tracción a las cuatro ruedas. El motor se sofistica poco a poco, ganando potencia e introduciendo la versión diesel antes de llegar a la década de los años sesenta. La carrocería se ensancha y se abomban los laterales.

En 1968, el mismo año en que Leyland, firma propietaria de Rover y Triumph, se fusiona con la British Motor Corporation, entra en servicio en el ejército británico el nuevo camión de servicio de media tonelada.

Dos años después llega al mercado el Range Rover, que con el tiempo se convertiría en uno de los modelos más emblemáticos de la marca. Su suspensión, basada en muelles helicoidales de largo recorrido, dotan al vehículo de óptimo comportamiento en carretera, así como de una asombrosa articulación que mejora su agilidad todoterreno. El nuevo motor de gasolina de 3,5 litros y ocho válvulas, fabricado íntegramente en aleación, brinda a este gran vehículo una velocidad máxima de casi 170 km/h, con tracción permanente a las cuatro ruedas y sistema hidráulico de freno de disco.

Winston Churchill tuvo su propio Land Rover.
Winston Churchill tuvo su propio Land Rover.

La vinculación de Land Rover con la aventura, una de las imágenes más explotadas durante años en su estrategia de comunicación, arranca en 1971. Ese año abandona Alaska la British Trans-Americas Expedition con destino a Tierra de Fuego, el punto más meridional de Argentina. Recorrer América por carretera de Norte a Sur, atravesando montañas, desiertos y, sobre todo, las selvas de Centroamérica, le confirió al todoterreno una imagen de irrompible que le ha acompañado desde entonces.

El Discovery, otro de los modelos icónicos de la firma, fue presentado en sociedad en 1989. Su intención: penetrar en el floreciente mercado de los vehículos del segmento ocio, los destinados a la ciudad y a paseos por el campo. Se dota al nuevo coche de unos interiores más cuidados que en sus hermanos Range Rover y Land Rover Defender (así se llamaría a partir de entonces al modelo clásico) y se ofrece en motor diesel (inyección directa 200 Tdi) y gasolina (V8 de 3,5 litros).

El último miembro de la familia llega en 1997. El Freelander se vende desde un principio en carrocería de tres y cinco puertas, y se refuerza su capacidad todoterreno con un sistema de control de descenso de pendiente inédito hasta la fecha.

La compañía, hoy parte del grupo Tata Motors, sigue casi setenta años después fabricando todoterrenos con sello británico, rocosos y capaces de transitar casi por cualquier firme que se les ponga por delante.

De cruzar desiertos y selvas a la jungla del asfalto

Durante los últimos años, Land Rover ha sacado modelos de vocación cada vez más urbanita, en claro contraste con sus orígenes aventureros. Los nuevos Range Rover y el último Discovery son buenos ejemplos de esta estrategia, que ha encontrado en los SUV de lujo un filón a explotar.

Jaguar Land Rover, la compañía en la que se encuadra desde 2008 la marca, pertenece al grupo Tata, el gigante indio del automóvil. La unión de ambas enseñas, icónicas del estilo british aplicado al motor, es toda una declaración de intenciones del papel que jugarán dentro del conglomerado.

El músculo industrial que supone estar al abrigo de Tata ha redundado, por ejemplo, en la inversión de 4.368 millones de euros entre 2014 y 2015 para el desarrollo de producto y ampliación de capital. Solo en 2013, Jaguar Land Rover vendió 425.000 vehículos en 170 países a través de los 2.520 concesionarios con que cuenta en todo el globo. Land Rover vendió en España 7.876 unidades en 2014, un 8,2% más que en el año anterior, que a su vez fue un ejercicio de récord para la compañía.

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