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Muere José María Ruiz-Mateos

Del emporio del franquismo al fiasco de Nueva Rumasa

Fotografía de 2012 del empresario José María Ruiz-Mateos.
Fotografía de 2012 del empresario José María Ruiz-Mateos.Montserrat T. Díez (EFE)

Amo del disfraz y famoso prófugo de la Justicia, José María Ruiz-Mateos fue una figura polémica que despertó lealtades y odios de manera desigual, que protagonizó dos sonadas bancarrotas marcadas por la ingeniería financiera y cuya muerte cierra un ciclo y un “clan familiar”.

 Nacido en 1931 en Rota (Cádiz), José María Ruiz-Mateos comenzó su trayectoria profesional en el negocio familiar de exportación de vinos al Reino Unido hasta que en 1961 fundó la sociedad RUMASA, que con el tiempo llegó a convertirse en el primer grupo empresarial español.

Tres años antes, en 1958, se había casado con María Teresa Rivero, con quien tendría trece hijos; un clan en el que las hijas estuvieron al margen de los negocios y los varones acabarían llevando las empresas del grupo.

Miembro del Opus Dei, organización a la que hizo cuantiosas donaciones desde sus empresas ahora quebradas, Ruiz-Mateos pasó sus últimos años enfermo de Parkinson y con una avanzada demencia senil, sin su mujer a su lado y con apenas contacto con alguna de sus hijas, en un chalé de la periferia madrileña alejado del lujo y el boato de años anteriores.

El holding de la abeja

Un escenario muy lejano de aquel 1961 cuando constituyó la sociedad Rumasa, que diez años después se conocería como el “holding de la abeja”, o de 1982, cuando se convertía en el primer grupo español con más de 700 empresas, aunque sólo 250 estaban operativas.

Entre ellas figuraban Galerías Preciados, Loewe, bancos como el Atlántico, Banco de Jerez y Banca Masavéu, la cadena hotelera Hotasa y algunos inmuebles singulares como las Torres de Colón (Madrid).

La expropiación de Rumasa en 1983 por el entonces gobierno socialista haría del ministro de Economía Miguel Boyer su enemigo, a quien llegó incluso a agredir en 1989 y espetarle la famosa frase “que te pego, leche”.

Tras la expropiación, en marzo de ese año trasladó su residencia a Londres y meses después sería reclamado por la Justicia española; desapareció en 1984 de la capital británica y un año más tarde fue detenido en el aeropuerto de Fráncfort, Alemania.

Nueva Rumasa

En 1990 puso en marcha un nuevo holding familiar bajo la denominación de Nueva Rumasa, un entramado de empresas que con el tiempo se descubrió estaba plagado de testaferros y estructuras opacas en paraísos fiscales para evitar otra expropiación.

Absuelto por la Audiencia Nacional por el caso Rumasa en 1997 y condenado a tres años de prisión por el caso de la agencia de viajes Mundo Joven en 2005, logró el tercer grado a los pocos días de ingresar en la cárcel debido a su edad y delicado estado de salud.

La campaña mediática que orquestó, tras la expropiación le llevó a granjearse los votos suficientes para convertirse entre 1989 y 1994 en diputado del Parlamento Europeo.

Emisiones de pagarés

En plena crisis económica, Nueva Rumasa inició en febrero de 2009 varias emisiones de pagarés en empresas del Grupo en las que garantizaba intereses de hasta el 12%. Pese a las advertencias de la CNMV, esta deuda, respaldada por un complejo conglomerado de sociedades tanto españolas como offshore, fue comercializada al por mayor gracias a una intensísima campaña de publicidad. 

Con estos fondos Ruiz-Mateos intentó volver a levantar un emporio. Se hizo con el control  de empresas de alimentación tan conocidas como Clesa, Duhl, Elgorriaga, Trapa, Quesería Menorquina, Garvey, Hotasa, Hibramer o Carcesa. La familia ya era propietaria del equipo de fútbol Rayo Vallecano, que presidía su mujer, Teresa Ribero, que incluso dio nombre al estado de Vallecas en 2004.

Las emisiones de Nueva Rumasa, con todo, se desvelaron como un fraude piramidal. En 2011, en la primera rueda de prensa del patriarca, Ruiz-Mateos y sus hijos, rodeados de empleados del grupo,  anunciaron el preconcurso. Culparon al presidente José Luis Rodríguez Zapatero y a los bancos. En ese mismo año anunció la venta de la mayoría de las empresas de Nueva Rumasa (por el precio de un euro cada una de ellas) al grupo Back in Business, detrás del cual se encontraba Ángel de Cabo, condenado por el caso Viajes Marsans.

Proceso judicial y división de la familia

La familia se dividió tras la insolvencia de Nueva Rumasa, especialmente desde que la Justicia a partir de 2012 comenzó a embargar inmuebles e investigar dónde habían ido a parar los 300 millones de euros que más de 5.000 inversores destinaron a las empresas del grupo.

En enero de ese año la Justiciaya había registrado la mansión familiar (desde 2014 abandonada y puesta a la venta) y embargado ya la gran mayoría de los bienes de la familia, si bien la intrincada red societaria urdida por el empresario (similar a la creada bajo el paraguas de la Rumasa original) complicó sobremanera la tarea de los jueces y administradores concursales

La estrategia judicial del patriarca ante la Justicia, negándose a declarar amparado en su delicado estado de salud, y el enroque de los numerosos hijos, que han cargado la culpa de los posibles delitos en el padre, han convertido el caso en un galimatías. Aun así, este año la Justicia obligó a Ruiz Mateos padre a pagar 92 millones a los acreedores de Nueva Rumasa.

A finales de 2014, dos hijos del patriarca, Pablo y Alfonso, fueron condenados a 6 meses de prisión y una multa de 700.281 euros por fraude contra la Hacienda Pública. Los dos hijos menores, Álvaro y Javier Ruiz Mateos, también están condenados por un delito contra Hacienda (un año y seis meses) y otro de alzamiento de bienes (un año y tres meses); además, deben abonar una multa de 1,8 millones de euros por el impago del IVA en la venta de un hotel, cuyo importe se desvió a una cuenta suiza.

El pasado 17 de junio el empresario jerezano volvió a entrar en prisión por tres delitos contra la Hacienda Pública, aunque fue trasladado al día siguiente a un hospital por su delicado estado de salud.

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