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El Foco
Tribuna
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Portugal, un país en crecimiento

Desde la crisis financiera del año 1929 no se había producido ninguna tan profunda como la de Lehman Brothers, el quinto banco de inversión del mundo, el cual provocó una crisis económica mundial y que afectó a gran parte de Europa y sobre todo a los países del Sur.

Portugal fue uno de estos países afectados, y si además tenemos en cuenta que desde principios de 2009 se le unió la crisis económica más grave de su historia, por lo que el país sufrió una profunda recesión por falta de demanda exterior y de inversión, con lo cual el Gobierno portugués se vio obligado en 2011 a firmar con la troika un plan de rescate, y forzado a tomar una serie de reformas, las medidas adoptadas fueron: 1) la congelación del salario de los funcionarios y reducción de su numero; 2) recortes en la subvenciones estatales; 3) reducción del sueldo de los altos cargos y de los políticos en un 5%; 4) el aumento de los impuestos (el IVA del 20% al 21%, el impuesto de sociedades del 25% al 27,5% para beneficios superiores a los dos millones y del IRPF al 1,5%); 5) la introducción de un impuesto especial de crisis sobre salarios y grandes compañías; 6) la privatización de bienes públicos, y 7) la reducción del gasto social y militar. Sin embargo, a partir de 2013, la economía ha mostrado favorables signos de recuperación y parte de ello se debe al turismo, que ha llegado a valores muy importantes en 2014.

La situación actual es de preelecciones por partida doble. Por un lado, el día 4 de octubre se celebran las elecciones legislativas y, por otro, en enero de 2016 las presidenciales. Todo ello genera alguna incertidumbre en la población y en las empresas después de cuatro años de una profunda y fuerte austeridad. Los resultados son pobres de cara a los esfuerzos que se han centrado más en el aumento de los impuestos sobre el trabajo, IVA e impuestos especiales sobre las pensiones y que son los que más impacto han tenido sobre el aumento de la recaudación fiscal, mientras que la bajada del IRC (impuesto del rendimiento de las empresas) no ha tenido el impacto deseado en el aumento de creación de nuevas empresas, producción y valor como se deseaba. Las exportaciones han estado a un nivel de tasa de crecimiento muy homólogo, en especial para la UE, lo que es esperanzador y refleja la labor de las empresas portuguesas por intentar mejorar la economía del país, al igual que el consumo se ha visto aumentado con incidencia para las importaciones, que también han aumentado en el último trimestre. Como resultado, el PIB sigue mejorando de forma lenta pero consistente, también la tasa de desempleo ha mejorado del 16% de 2013 al 13,8% a finales de 2014 y en junio de este año 2015 ya se ha situado en un 12,4%.

Los principales sectores económicos del país son básicamente la industria y servicios, y los menos representativos, la agricultura y la exportación de vinos, así que el gran indicador de referencia para los países que han estado bajo la influencia de la troika será el déficit, para lo cual el Gobierno portugués sigue apuntando a un resultado final de un 2,7%, mientras el FMI apunta a un 3,2% del PIB, con lo que son números razonables y reflejan un gran esfuerzo. Las grandes incertidumbres de hoy son la bajada de costes directos de producción, como la energética, que sigue penalizando principalmente a la producción industrial, que es una reivindicación constante de la industria y del comercio portugués, la reforma de las pensiones en busca de una sustentabilidad en base a un crecimiento económico.

De cara al futuro, Portugal debe ganar en competitividad y productividad y debe seguir siendo un atractivo para los empresarios, instituciones, inversores y privados, mejorando los índices de productividad y creación de valor, por lo que debe darse a conocer al mundo de una forma más transparente y agresiva. Al margen del resultado de las elecciones, Portugal debe seguir por el camino hasta ahora marcado, aprovechando el esfuerzo realizado por el pueblo portugués en los últimos cuatro años y continuando el proceso de transformación y eficiencia en la Administración pública y en las expresas en base a la modernización e innovación.

En el campo de los prestadores de servicios todavía hay camino para recorrer y la incertidumbre sigue siendo la situación de Novo Banco, en cómo se va a solucionar, si la venta al grupo Angbang sigue adelante o por el contrario el Gobierno y el Banco de Portugal tendrán que aplicar el plan B, que significa más recapitalización y gestionarlo, pero en cualquier caso una cosa sí que es cierta y es que la banca y las empresas de seguros en Portugal todavía no son un mercado cerrado en lo que se refiere a reestructuración de estos sectores vitales en la economía portuguesa; fusiones y adquisiciones que están siendo objeto de estudio y trabajo, tanto por las entidades portuguesas como por inversores extranjeros. Seguramente a lo largo del 2016 veremos un periodo muy activo en el mundo financiero de Portugal. Pero ahora los grandes bancos en que los elementos de carácter doméstico van a ceder a los verdaderos objetivos y necesidades de la economía y de las finanzas, empujados por las coyunturas económicas adversas en países inversores en Portugal, como Angola y Brasil. Y que ahora mismo tienen posiciones importantes en la industria bancaria.

El modelo de relación entre clientes y las entidades está cambiando y en Portugal, como en otros países desarrollados, cada día más la relación es digital. Los hacen los bancos, las aseguradoras y muchas otras empresas con el Estado incluido. Actualmente Portugal tiene una base de 2,6 millones de usuarios de internet y las empresas de BPO (subcontratación de procesos de negocios, por sus siglas en inglés) deben de estar muy atentas a ello.

Rosendo Candela Coto es Vicepresidente del Grupo BC y CEO de Portugal.

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