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Columna
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Fugas de capitales estafadas

La Comisión de Valores de los Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), asegura que el exmonje budista Lobsang Dargey estafó 125 millones de dólares (unos 112 millones de euros) a 250 inversores que buscaban visados estadounidenses. Su objetivo: emigrantes crédulos y dinero fresco de la República Popular.

La inestable economía del país, la persistente contaminación y una ofensiva contra la corrupción están impulsando un auge de la emigración: Estados Unidos emitió 36.138 visas de inmigrantes –incluyendo tarjetas de residencia– a ciudadanos chinos el año pasado, casi una cuarta parte más que una década antes.

Los que pueden permitírselo están haciendo cola para pagar por el derecho a vivir en Estados Unidos. En el último año, el 85% de los solicitantes a la espera de visados estadounidenses a través del esquema de EB-5, que otorga tarjetas de residencia a los extranjeros que inviertan un mínimo de medio millón de dólares en proyectos que generen empleos locales, provenían de China.

Los engañados por Dargey creían que sus fondos se gastaban en proyectos inmobiliarios que les permitieran obtener visados EB-5. En su lugar, el tibetano destinó 2,5 millones a una casa en Washington y 14,7 millones en proyectos que no les permitirían obtener el permiso. Por si fuera poco, también retiró 350.000 dólares en efectivo de fondos de los inversores, 200.000 de ellos en 14 casinos, según la denuncia presentada el 24 de agosto.

Pekín no está exactamente escoltando la salida de ciudadanos adinerados. China ha enviado a investigadores al extranjero para localizar a los oficiales buscados por corrupción en el país. Además, con el límite de 50.000 dólares al año en transferencias transfronterizas, cualquiera que esté dispuesto a gastar diez veces esa cantidad por el derecho a vivir en los Estados Unidos se enfrentará a algunas preguntas. Eso da aún más oportunidad a las estafas.

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