Cómo ser un buen ejecutivo y, además, aparentarlo
Elegancia y buen tono definen, según la RAE, al dandi. Dos expertos en ambos campos nos asesoran.
Hoy, todo ejecutivo que se precie debe poseer ciertas habilidades comunicativas, con las que debe convencer a los trabajadores de los objetivos a alcanzar en conjunto. Además, como representante en reuniones o foros, debe añadir a una buena capacidad oral una apariencia sin defectos.
En definitiva, ser un dandi, también en el trabajo. Por ello, nos ponemos en manos de dos especialistas en oratoria y códigos de vestimenta, en sendas clases particulares gracias a una iniciativa de la marca de whisky The Glenlivet. La primera es impartida por Javier Bernad, fundador de Speak & Span, centro de entrenamiento para hablar en público. Bernad nos hace salir a la pizarra para hacer una breve presentación. Observa, anota, y nos explica los tres puntos clave para un buen discurso: el contenido, cómo fluye el mensaje;el interés, qué aspectos aportar para mantener la atención del foro; y el estilo.
En este punto, voz y gestos deben ir en armonía. Una voz firme, jugando con la tonalidad, según los puntos que queremos destacar; las manos, siempre abiertas y libres de cualquier objeto; una postura recta, y movimientos que denoten seguridad, por ejemplo, acercarnos al público sin vacilar. Además, el contacto visual con este debe ser de tres a cinco segundos. Sonreír en los puntos más desinhibidos, y mostrar seriedad en los más trascendentes. Muy importante, no ser repetitivo, y prohibido comenzar con un... “bueno, pues”.
El asesor de imagen José María López Galiacho nos explica una serie de normas básicas a la hora de vestir en un entorno formal. Entre ellas, la elección del zapato:el óxford negro con cordón es muy polivalente, mientras que el mocasín, solo para ir de sport. Elegir prendas que disimulen defectos y realcen virtudes, y colores que encajen con nuestro color de piel y de pelo. Complementos:el pañuelo, “por algo la chaqueta lleva bolsillo”, explica, y los tirantes, que mantienen el pantalón en su sitio sin deformarlo. Y una máxima:la elegancia es sencillez. Por ello, hay que evitar mostrar marcas.