Otros efectos del Obamacare
Yo no me presenté para ayudar a un grupo de banqueros acomodados de Wall Street”, aseguró Barack Obama en diciembre de 2009, antes de reunirse con los jefes de algunas de las mayores instituciones financieras para debatir sobre los salarios de la industria y las propuestas todavía entonces en desarrollo de la reforma Dodd-Frank. Casualmente, es lo que hizo la distintiva reforma del presidente de Estados Unidos.
En el proceso de proporcionar seguro de salud a más de 15 millones de estadounidenses que no estaban cubiertos anteriormente, la Ley de Cuidado de Salud Asequible desató un frenesí de fusiones en el sector médico. Dos mega ofertas en las últimas semanas ilustran la tendencia: la adquisición acordada por valor de 48.000 millones de dólares (unos 44.000 millones de euros) de la aseguradora Cigna por parte de Anthem y la propuesta de Teva para comprar negocio de medicamentos genéricos de Allergan por 41.000 millones de dólares.
Hospitales, distribuidores de medicamentos, aseguradoras, fabricantes de equipos y empresas farmacéuticas se han ido uniendo –sobre todo con las de su mismo tipo dentro del sector– para reducir costes y, lo que es más importante, aumentar su poder de negociación. La actividad de fusiones y adquisiciones este año en el ámbito sanitario ya ha superado la marca de los 400.000 millones de dólares.
Desde 2012, año en el que el Tribunal Supremo de Estados Unidos validara por primera vez el Obamacare ayudando a aliviar las preocupaciones de que la ley de 2010 pudiera ser alterada o revocada de manera significativa, los acuerdos en los que participa al menos una compañía estadounidense relacionados con la salud han generado alrededor de 5.700 millones de dólares para los asesores financieros.
El presidente simplemente pronosticó el punto más bajo de las acciones en aquella rueda de prensa, desde entonces no han hecho más que subir.