Salarios públicos e inversión, las únicas partidas que aumentan
El Gobierno defiende que las cuentas del próximo año son austeras, pero ya no incluyen recortes
No será hasta el próximo martes cuando el Gobierno publique la letra pequeña de los Presupuestos Generales del Estado para 2016, sin embargo, los grandes rasgos ya se conocen. Las cuentas del próximo año estarán marcadas por un menor gasto y un incremento de los ingresos públicos. Una ecuación que el Gobierno entiende virtuosa y que permitirá sanear las finanzas públicas. El presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, aseguró el viernes que reducir el déficit público es el reto más importante y permite que otras variables como el crecimiento o el empleo mejoren.
El Presupuesto General del Estado refleja un gasto no financiero –el que se tiene en cuenta a efectos de cumplimiento del objetivo de déficit– de 157.191 millones, un 3% menos que el del ejercicio en curso. Todos los capítulos, salvo dos, se reducen. La excepción es el gasto de personal y la inversión pública. El Estado gastará 16.716 millones en abonar el sueldo de sus empleados, un 4,9% más que el ejercicio anterior. El incremento se debe a que, el próximo año, los salarios públicos aumentarán un 1% y los funcionarios recuperarán el 50% pendiente de la paga extra suprimida en 2012. La otra mitad se cobrará este ejercicio.
Y, por segundo año consecutivo, la inversión pública aumenta. Este es el capítulo que más sufrió las políticas de austeridad. La partida alcanza los 3.578 millones, un 4,6% más que el ejercicio en curso. Aun así, la inversión pública todavía se encuentra en niveles históricamente bajos.
El Gobierno defiende que las cuentas del próximo año son austeras, pero ya no incluyen recortes. Moncloa señala que ello es posible por los ahorros derivados de la mejora económica. Por ejemplo, los intereses de la deuda ascenderán a 33.514, un 5,6% menos que la previsión de este año. La reducción del coste de la deuda y el hecho de que el PIB_nominal avance a un ritmo superior al nivel de déficit alivia la presión que ejerce la deuda pública.
La partida más importante del Presupuesto es la que engloba las transferencias corrientes, que alcanza los 88.835 millones. En este capítulo se encuentran recursos que el Estado transfiere a comunidades, ayuntamientos o al Servicio Público de Empleo Estatal. Para 2016, la financiación de las comunidades autónomas aumentará un 8,7%. Un incremento que se explica por la mejora de los ingresos y por liquidaciones positivas de años anteriores. En cualquier caso, el capítulo de transferencias corrientes se reduce un 3,2%. Un descenso que se explica por las menores prestaciones por desempleo. El Gobierno presupuestó 25.300 millones para este fin este año, cifra que el ejercicio próximo descenderá hasta los 2.005 millones. Ello supone un 21,7% menos.
El Gobierno hizo hincapié en que el gasto social, sin tener en cuenta el desempleo aumenta un 3,8%. Entre otros motivos, se debe a la subida del 0,25% que experimentarán las pensiones.
Otra de las particularidades del Presupuesto de 2016, que será el último que aprobará el actual Gobierno, es la mejora de los ingresos públicos, que avanzarán un 4% hasta los 193.520 millones. Todas las figuras impositivas verán incrementada su recaudación. Llama especialmente la atención la evolución del IRPF que, según las previsiones del Gobierno, alcanzará los 72.432 millones, un 3,4% más que este año. En 2016, entrará en vigor la segunda fase de la reforma fiscal, que contempla una nueva reducción de la tarifa del impuesto sobre la renta. Lo mismo sucede con el impuesto sobre sociedades, cuyo tipo bajará el 1 de enero del 28% al 25%. Sin embargo, el Gobierno prevé que la recaudación aumente un 5,5%.