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El Foco
Tribuna
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El Baremo de Daño Sanitario

Por mandato del pleno del Consejo Asesor de Sanidad se constituyó el 28 de enero de 2013 un grupo de trabajo para intentar elaborar un baremo de indemnizaciones por daños derivados de las actividades en el ámbito sanitario.

La propuesta surgió a petición mía, desde mi condición de miembro del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad y también desde la condición de Presidente de A.M.A., la Mutua de los Profesionales Sanitarios, y digo también como Presidente de A.M.A. por el bagaje que nos aporta llevar de manera ininterrumpida durante más de 20 años trabajando en el seguro de Responsabilidad Civil Profesional y habiendo gestionado durante este periodo de tiempo más de 17.000 reclamaciones, lo que nos permite conocer de primera mano cuales son las principales carencias del sistema, y proponer con toda firmeza la creación de ese baremo por daño sanitario, con la firme convicción de que sin la mínima duda será una herramienta imprescindible para dotar de seguridad jurídica el día a día de la actividad sanitaria, pensando siempre en el beneficio de todas las partes implicadas.

Al frente de ese ambicioso reto, se situó a D. Julio Sánchez Fierro, que con tanta maestría y buen hacer lo estuvo llevando a cabo, coordinando con su gran profesionalidad y su profundo conocimiento de la materia a todos los miembros del grupo de trabajo.

Formaron parte de ese grupo como secretaria, doña Pilar Fernández Fernández, Secretaria General del Consejo Asesor. Como vocales participaron en el mismo, por parte del pleno del Consejo Asesor de Sanidad, Don Juan Abarca Cidón, Don Bartolomé Beltrán Pons, Don Oscar Castro Reino, Don José García Mostazo, Don Máximo González Jurado, Don Diego Murillo Carrasco, Don Juan José Rodriguez Sendín, Don Alfonso Villavigil, y Don Miguel Villafaina Muñoz. Don César Borobia Fernández, Doña María Castellano Arroyo, Doña Raquel Murillo Solís y Don Teótimo Saéz Zazo constituyeron la ponencia que preparó las propuestas que fueron debatidas.

Está llamado a ser un instrumento útil y necesario para contribuir a la calidad del sistema de salud

También colaboraron como expertos, Don Eugenio Laborda Calvo, don Juan Antonio Olmedilla Almarza y don Bernardo Perea Pérez. Asimismo y al objeto de facilitar la aportación de propuestas, se convocó el 30 de abril de 2014 una reunión en la Organización Médica Colegial, presidida por su titular, el doctor, D. Juan José Rodríguez Sendín, y a la que acudieron, entre otros, el Presidente de FACME, el doctor Don Carlos Macaya, y los presidentes de las siete Sociedades Científicas correspondientes a las especialidades médicas que tenían mayor índice de reclamaciones.

Quiero en primer lugar decirles que todos conocemos que actualmente la mayoría de las resoluciones judiciales se apoyan, se basan, en el baremo diseñado para valorar los daños derivados de los accidentes de circulación, pero esta forma de proceder presenta sin duda dos limitaciones evidentes:

La primera es que se aplica el baremo previsto con carácter obligatorio para valorar los daños de esos accidentes, pero no es preceptivo en el ámbito sanitario, por ello es aplicado en los tribunales únicamente con carácter orientativo.

Se ha enterrado este baremo anunciando una enmienda parlamentaria que se regulará en el futuro

La segunda limitación, todavía es más evidente, porque el baremo previsto para valorar los daños de los accidentes de circulación no da respuesta a cuestiones esenciales que específicamente se relacionan con el daño sanitario y tampoco tiene en cuenta las patologías preexistentes del paciente.

Por todo ello, la creación de un Baremo del Daño Sanitario comportaría una infinidad de ventajas:

a) Mayor seguridad jurídica y menor variabilidad en las indemnizaciones concedidas a los perjudicados en casos similares.

b) Reducción de la litigiosidad al facilitarse la reclamación extrajudicial de las reclamaciones

c) Reducción del tiempo que transcurre desde que se hace el daño hasta que se indemniza.

d) Permitirá prever los costes de aseguramiento y las cuantías de las indemnizaciones.

Además de estas ventajas, es importante destacar que la instauración de un baremo específico para la valoración de daños sanitarios no supone la potenciación de la idea de la objetividad subjetiva, por cuanto en el ámbito sanitario la responsabilidad del profesional se asienta siempre sobre elementos subjetivos como la culpa o la negligencia.

Lógicamente este baremo deberá de ser de obligada aplicación por parte de los tribunales, para lo cual deberá ser aprobado mediante una ley, sin perjuicio de su posterior desarrollo reglamentario.

Sin duda alguna el Baremo Sanitario está llamado a ser un instrumento útil y necesario para contribuir a la calidad del Sistema Nacional de Salud, y para favorecer la sanidad de los pacientes, de los profesionales, de las instituciones y de las entidades que trabajan en el ámbito sanitario. Ya desde hace más de 10 años se viene pidiendo la aprobación de este baremo, por ello es lógico que en abril de este mismo año, el Parlamento Europeo pidiese a los Gobiernos de los estados miembros la aprobación de estos.

Nuestros vecinos portugueses ya lo tienen aprobado desde hace tiempo y nosotros, después de haber trabajado hace más de dos años para elaborarlo, nos encontramos con la sorpresa de que el actual Ministerio de Sanidad, haciendo buena aquella frase de que “España es diferente” nos los paraliza, desde ese momento el baremo pasó a dormir el sueño de los justos. ¿Se puede explicar de alguna manera? ¿Es que cuando entra un ministro a sustituir a otro ha de borrar todo lo de su antecesor para justificar su elección? ¿Es que todo lo que hacen los anteriores a nosotros está mal hecho aunque pertenezcan a nuestro mismo grupo ideológico?

Lo que está claro es que el nuevo Ministro de Sanidad ha arrinconado y, en principio, dilapidado el trabajo que a lo largo de estos años ha realizado el grupo de profesionales expertos en el sector sanitario, sin que ni si quiera estos mismos tengan clara la razón de su paralización. En resumen, se ha enterrado este baremo anunciando una enmienda parlamentaria que se regulará en el futuro…¡Faltaría más!

Semejante actitud ministerial significa mantener vivos todos los problemas…. Que los jueces se las arreglen como puedan, que los pacientes sigan esperando a que se dicten sentencias muy distintas según los tribunales e incluso dependiendo de la región geográfica o autonómica en la que se juzgue, y que los médicos, ante el riesgo de condenas desmedidas, sigan optando por una costosa e ineficiente medicina defensiva. …Y crean que me produce tristeza que todo esto pueda ser así, cuando en una mesa del Ministerio de Sanidad, en algunos de sus cajones, hay una propuesta debidamente articulada y muy bien estudiada referente al Baremo Sanitario.

Me queda una duda: ¿a quién beneficia esta actitud ministerial?

Solicito a quién corresponda que actúe ya, porque todavía creo que hay tiempo para rectificar y enmendar el proyecto de Ley de Tráfico, incorporándole el Baremo Sanitario complementario. Son razones todas ellas de sensatez, no hacerlo es de una evidente miopía política.

Diego Murillo Carrasco es Médico ginecólogo y Presidente de A.M.A., la mutua de los profesionales sanitarios.

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