“No es competencia de la CE decidir los proyectos”
Casi un año después de que el entonces aspirante a presidir la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, planteara un plan para recuperar la inversión en la UE, se han desbloqueado las negociaciones con el Parlamento Europeo y parece que ya hay una fecha de puesta en marcha. Henning Christophersen, exvicepresidente de la Comisión Europea, ha presidido el grupo de asesores al que la CE encargó la elaboración de un informe (Making the best use of new financial schemes for European transport infrastructure projects), la identificación de los proyectos prioritarios y la búsqueda de inversores.
Pregunta. ¿Por qué el plan Juncker va a ser beneficioso para los Estados de la Unión Europea?
Respuesta. Hay varias razones. La primera es que el Gobierno y otros organismos públicos de la mayoría de los países no pueden pedir prestado más dinero de lo que ya lo han hecho en la mayoría de los países. Por tanto, si quieren incrementar la inversión en infraestructuras, deben encontrar el dinero en otro sitio. Una opción es que el Estado venda compañías o infraestructuras públicas y reinvierta el dinero. La otra es buscar inversión privada que, en Europa, se encuentra en los fondos de inversión o de pensiones, que pueden invertir en los trabajos avalados por el programa. La otra razón es porque sería bueno tener coinversores a bordo con experiencia y conocimiento sobre cómo llevar a cabo un proyecto. Pueden ayudar a la realización del diseño, la organización del trabajo y la negociación de los contratos o de las autorizaciones necesarias. Hay un beneficio profesional en tener a bordo inversores profesionales.
P. ¿Y por qué los fondos de inversión o de pensiones van estar dispuestos a aportar dinero a estos proyectos?
"Si juntas a las Administraciones públicas con el BEI y los inversores privados solo se harán propuestas interesantes”
R. Los fondos de pensiones tendrán que pagar el dinero a los clientes en 20, 30 o 40 años. Las infraestructuras operan también a largo plazo, así que los fondos tendrán a tiempo el dinero para devolverlo a los clientes. En Europa, antes se invertía en bosques porque tardan más o menos el mismo tiempo en crecer. Las infraestructuras tienen los mismos beneficios.
P. La dotación presupuestaria del plan es de 315.000 millones de euros, ¿considera que es suficiente?
R. Por el momento no hay proyectos de ese valor, hay una falta de proyectos maduros y esa es la razón por la que es muy importante que la industria de la construcción ayude a desarrollarlos. Esos 315.000 millones de euros sí, estarán bien, pero solo si tenemos proyectos de ese valor. Este es uno de los puntos que mencionamos en nuestro informe.
P. Antes de la crisis se construyeron en España aeropuertos y autopistas que casi no se usan, ¿han previsto alguna medida para evitar que ocurra lo mismo con estos proyectos?
R. No es misión de la Comisión Europea o del Banco Europeo de Inversiones (BEI) decidir qué proyectos deben hacerse. Deben hacerlo los Estados miembros, los Gobiernos regionales o municipales y los inversores. Los proyectos se presentarán a la CE y al BEI, que establecerá un grupo de expertos para supervisarlos y realizar una serie de recomendaciones. Pero España y el resto de países de la Unión Europea no puede esperar que la Comisión se responsabilice de decidir, no tiene la competencia ni el derecho a hacerlo. Mi consejo es que haya un buen diálogo entre el sector privado y el público. Si juntas a las Administraciones públicas, tanto municipales, como regionales o europeas, con el BEI y los inversores privados, el resultado será que solo se harán los proyectos que sean interesantes.
P. ¿Cuáles serán los próximos pasos del plan Juncker?
"Los 315.000 millones de euros están bien, pero solo si tenemos planes de ese valor”
R. De aquí a un mes, se espera que salga la primera lista de proyectos. A finales de 2016 o principios de 2017, habrá otra convocatoria de propuestas. Ahora es el momento de trabajar en proyectos maduros y propuestas para la próxima convocatoria, y hablar con inversores. Por otro lado, las 12 recomendaciones que hemos hecho en nuestro informe han sido muy bien recibidas por la mayoría de los Estados miembros. La comisaria europea para el Transporte, Violeta Bulc, va a empezar a trabajar en cómo, a través de esas recomendaciones, se puede mejorar el proceso, aunque la mayor parte de ellas se pueden poner en marcha a través de pequeños cambios administrativos y no son necesarios cambios en la legislación europea.
El Banco Asiático de Inversiones no es un enemigo
Uno de los últimos problemas a los que se ha tenido que enfrentar la Comisión Europea ha sido el de la rivalidad entre su plan captador de inversión y el planteado por China a través del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (AIIB, por sus siglas en inglés).
La iniciativa, un banco de desarrollo con 100.000 millones de capital que quiere contribuir a unas necesidades de inversión en infraestructuras en Asia que rondan los 800.0000 millones de euros anuales, fue impulsada el año pasado por el presidente chino, Xi Jinping, y captó rápidamente la atracción de España y de las tres principales economías de la eurozona, Alemania, Italia y Francia, que mostraron su intención de aportar capital base y entrar, por tanto, en el accionariado del banco. Sin embargo, los países europeos se habían mostrado reticentes a inyectar capital a la propuesta europea y, finalmente, solo han aceptado hacerlo a través de bancos públicos en proyectos concretos, como el caso del Instituto de Crédito Oficial, que ha decidido aportar 1.500 millones de euros.
Henning Christophersen, al igual que otros portavoces de la CE, no lo considera una amenaza al plan Juncker. “Invertir en el AIIB trae beneficios directos a la industria europea”, afirma. Como ejemplo pone la necesidad de los operadores de tráfico de contenedores europeas, como la danesa Maersk Line, de que haya mejores puertos en China para no sufrir retrasos y no perder competitividad.
A finales de junio, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, su homólogo de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el primer ministro chino, Li Keqiang, se reunieron en Bruselas para celebrar los 40 años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Europa y el país asiático y tratar las rivalidades existentes en la búsqueda de materias primas o la gobernanza mundial.
Aunque las propuestas de ambas regiones no son incompatibles, y tanto China como Europa han mostrado interés en inyectar capital en el Fondo Europeo Estratégico de Inversión (FEEI) y en el AIIB, respectivamente, las instituciones se vigilan.