Avales para la inversión a largo plazo
Avalmadrid y la Cámara de Comercio de Madrid lanzan una nueva línea de financiación en condiciones preferentes.
El crédito a la economía real empieza a fluir y tanto entidades financieras como organismos públicos y privados vuelven a apostar por pymes y autónomos. Y para muestra un botón. Avalmadrid y la Cámara de Comercio de Madrid han puesto en marcha una nueva línea de financiación por la que emprendedores y pequeños empresarios podrán acceder a préstamos, créditos y leasing de importes entre 15.000 y 100.000 euros en condiciones preferentes.
Para poder contar con este apoyo, las empresas deben pertenecer al recién constituido Club Cámara y ejercer su actividad en la Comunidad de Madrid.
Según las estimaciones tanto de la SGR como de la entidad cameral, serán más de 300 las pymes madrileñas que, de aquí a un año, se podrán beneficiar del aval financiero de ambas entidades. La garantía abre las puertas al crédito de cualquiera de los siete grandes bancos con los que Avalmadrid dispone de convenio (Bankia, Banco Santander, CaixaBank y Banco Popular, entre otros).
El objetivo principal es “financiar la inversión a largo plazo”. Así lo ha explicado a Cinco Días Julia Saínz Magaña, responsable de área de nueva empresa y del departamento de relaciones institucionales y desarrollo de negocio de Avalmadrid, que, además, ha querido destacar que “no va a haber ningún problema para que todos los socios puedan acceder a esta línea de financiación”.
Las condiciones establecen plazos de amortización de hasta 12 años y bonificaciones de hasta el 100% en la comisión de estudio de la sociedad de garantía recíproca (SGR) madrileña, a cuenta, estas últimas, de los 300.000 euros de aportación de la Cámara de Comercio al fondo de provisiones de la línea.
Con respecto a los tipos de interés, se establecerán en máximos de euríbor + 2,5 “o incluso más bajos”, apunta Saínz Magaña, que puntualiza que “ahora el precio no es un problema”.
El rol de las SGR
Los resultados de la encuesta del BCE (Banco Central Europeo) sobre el acceso de las empresas a la financiación bancaria, correspondiente al mes de junio, reflejan una mejora del flujo del crédito a la pymes y es que durante el último año las operaciones de menos de un millón de euros han experimentado un crecimiento del 10,3%. A ello se añade que el número de operaciones denegadas ha caído a mínimos desde 2013, con una tasa de rechazo del 7%.
No obstante, y a pesar de que se aprecia una cierta relajación en el crédito, se acabó el café para todos de la época previa a la crisis y las entidades financieras continúan con el listón muy alto en materia de garantías y avales, por lo que las empresas se ven obligadas a recurrir a entidades como las sociedades de garantía recíproca. Pero, ¿en qué consiste la labor de una SGR?
Saínz Magaña explica que “somos un intermediario que añade valor en lugar de coste”. El objeto de estas entidades financieras es garantizar la solvencia de pymes y autónomos que, en muchos casos, no cuentan con bienes que les respalden.
Con el aval de las SGR se consigue minimizar el riesgo y reducir las provisiones de bancos y cajas que, de esta forma, se ven más proclives a dar el sí quiero a operaciones de liquidez, inversión o internacionalización de las empresas.
Por otra parte, la responsable del área de nueva empresa de Avalmadrid ha querido responder “al mito” de que las SGR deniegan la mayor parte de las operaciones que se les presentan. “Aunque no haya bienes, nosotros estudiamos el proyecto que, si es viable, es lo que verdaderamente garantiza la operación”, afirma.
De hecho, según AFI (Analistas Financeros Internacionales), “el 70% de las empresas que han financiado las SGR no hubieran obtenido el préstamo de no tener a estas detrás”.
En el caso de la SGR madrileña, en lo que va de año ha garantizado 1.085 operaciones (374 más que en el mismo periodo de 2014) por un importe de 43,767 millones de euros y un riesgo vivo (pendiente de vencimiento) de 416,081 millones de euros.
Un club para todos
Con los nuevos cambios legislativos que incluyen la desaparición del recurso o cuota cameral, las Cámaras de Comercio se han visto obligadas a dar un giro de 360 grados en su gestión y a desarrollar fórmulas alternativas y voluntarias que permitan garantizar la sostenibilidad de estas corporaciones de derecho público.
“Seguir prestando servicios de calidad y valor añadido” es, para David Díaz, jefe del Club Cámara, precisamente el leitmotiv de esta recién nacida herramienta que pretende, además que la relación entre empresas y Cámara “vaya más allá, se generen sinergias y una participación más activa de las compañías en los proyectos”.
Una de las premisas del Club Cámara es que todas las empresas, independientemente de su tamaño, puedan beneficiarse de condiciones preferentes en las iniciativas y servicios de las Cámaras. De hecho, las pymes pueden convertirse en socias desde 300 euros al año.
En la actualidad, y a pesar del corto recorrido del Club, este cuenta ya con Asisa entre sus socios protectores, y de aquí a final de verano se prevé la incorporación de otras dos grandes compañías. A ello se unen 48 socios corporativos (medianas empresas) y 100 micropymes y pymes. “El objetivo es, entre septiembre y diciembre de este año, llegar a 20 socios protectores, 100 corporativos y 300 normales”, afirma Díaz.