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El FMI anuncia que está "listo para actuar" si se lo piden

Grecia ampliará el corralito hasta el jueves

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ofrece ayuda a Atenas, si esta lo pide

Un pancarta favorable al 'no' griego, colgada del símbolo del euro en la sede del BCE en Fráncfort.
Un pancarta favorable al 'no' griego, colgada del símbolo del euro en la sede del BCE en Fráncfort.RALPH ORLOWSKI (REUTERS)

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha declarado que su institución está dispuesta a ayudar a Grecia, si esta lo pide. Son las primeras palabras de Lagarde desde que este domingo los griegos rechazaran de forma masiva la última propuesta de la troika.

"El FMI ha tomado nota del referéndum que ayer tuvo lugar en Grecia. Estamos monitoreando de cerca la situación y estamos dispuestos a ayudar a Grecia, si así lo solicita", ha dicho Lagarde en un breve comunicado.

Por otro lado, el consejo del BCE tiene de nuevo la sartén por el mango en relación a Grecia, en sus manos está aumentar o no la provisión de liquidez a la banca helena y, en definitiva, decidir si el corralito sigue, se levanta o si Grecia sale del euro. De momento, el Ejecutivo de Tsipras prepara, según fuentes bancarias consultadas por Reuters, un decreto para prolongar el cierre de los bancos.

Próximos vencimientos de deuda que tiene que afrontar Grecia.
Próximos vencimientos de deuda que tiene que afrontar Grecia.Reuters

El corralito es una de las prioridades, si no la principal, del Gobierno heleno. Alexis Tsipras dijo el domingo tras el referéndum que la normalización de la banca es su gran prioridad, y el portavoz del Gobierno adelantó que el Banco de Grecia pediría más créditos de emergencia (ELA) al BCE. No ha trascendido si la petición se ha hecho efectiva hoy y si, por tanto, el BCE debe decidir al respecto.

Sobre la inyección de liquidez, el ministro de Economía griego ha pedido que el BCE mantenga congelada la asistencia de liquidez de emergencia en 89.000 millones, los bancos griegos podrían sostener "unos días más" el nivel actual de transacciones con restricciones.

Por el momento, la patronal de los bancos griegos ha anunciado que las entidades se mantendrán cerradas martes y miércoles y que el actual corralito, que impide sacar más de 60 euros por persona y día en los cajeros se mantiene. Horas antes, el Financial Times había asegurado que el Gobierno trabaja con la posibilidad de rebajar a 20 euros diarios la disposición de efectivo (a pesar de que, precisamente, los billetes de 20 euros empiezan a escasear).

El domingo anterior el BCE había congelado estos préstamos de emergencia, fijando un límite de 89.000 millones de euros. Con estos préstamos el banco financia a la banca griega, que no tiene acceso a los mercados ni a la financiación estándar del BCE y debe compensar el dinero que sacan los clientes, temerosos de una ruptura del euro. Al estar limitados los créditos ELA, el Gobierno heleno tuvo que aplicar el corralito:cerrar la banca y la Bolsa, limitar a 60 euros la disposición de efectivo y cancelar transferencias internacionales.

Tres opciones para Draghi

El BCE tiene tres opciones sobre la mesa: ampliar la liquidez, como pide Grecia, mantenerla inalterada o cerrar el grifo, como piden algunas voces desde Alemania. La opción más verosímil es la intermedia: el BCE ha recalcado en numerosas ocasiones que no toma decisiones políticas, y los expertos dan por hecho que aguardará a la cumbre europea y a los primeros contactos con Atenas antes de actuar en consecuencia. El consejero Ewald Nowotny declaró a la radio austriaca que “los últimos acontecimientos no facilitan que el BCE modifique su postura”.

Fuentes de la banca griega ha señalado este fin de semana que solo quedan unos 1.000 millones de euros de reservas de liquidez;según los analistas en las actuales condiciones esta cantidad supone unos pocos días de margen. Por eso, si el BCE no abre la mano, el corralito puede endurecerse de cara a la próxima semana. 

Solo con perspectivas de acuerdo, se podría poner fin, de forma progresiva, al corralito. En caso contrario, pocas opciones le quedarán a Atenas. Una de ellas, tan extrema como la propia situación, es engrasar la economía y pagar gastos o salarios mediante la emisión de pagarés;deuda a corto plazo respaldada por el Estado.

Si no hay pacto, el BCE tiene medios para aumentar la presión a Grecia. Una posible medida intermedia es aumentar el descuento que aplica a los activos griegos que la banca helena deja como garantía en estos préstamos ELA: una vía indirecta de recortarlos. Otra opción es, como hizo en la crisis de Chipre, garantizar la ELA solo hasta un determinado momento, y a partir de ahí condicionarla a la firma de un rescate.

Finalmente, el BCE puede cerrar el grifo cancelando esta línea de liquidez, la última vía de coneguir dinero que tiene el sector. Los bancos deberían devolver los préstamos, recibiendo a cambio unos bonos (la garantía) con un valor de mercado muy inferior al nominal. Las fuertes pérdidas desequilibrarían su balance: o son rescatados (con dracmas u otra moneda, pues ni el Estado ni el Banco Central tienen liquidez) o quiebran en masa. En ambos escenarios Grecia estaría casi fuera del euro.

Para esta decisión, el consejo del BCE necesita dos tercios de los votos. Y, aunque no cierre el grifo a Grecia de inmediato, hay una fecha límite: el 20 de julio. Atenas debe pagar al BCE 3.500 millones de bonos que vencen y que compró la autoridad monetaria. Si no hay pago, probablemente la deuda griega deje de servir como garantía al BCE, el grifo de la ELA quedaría cerrado y Grecia estaría prácticamente fuera del euro. Un escenario que se puede evitar si las partes negocian un nuevo rescate.

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