La seguridad, lo primero en Rolls
El nuevo consejero delegado de Rolls-Royce, Warren East, ha enviado un duro mensaje a los inversores solo cuatro días después de tomar asiento en la cabina. Además de un profit warning, el nuevo piloto del fabricante de motores aeronáuticos ha dicho que la compañía no puede permitirse el lujo de su esquema de recompra de acciones.
La caída del 9% en el precio de las acciones de Rolls-Royce ilustra la profundidad de las malas noticias. Las previsiones recortadas sugieren una caída de los beneficios antes de impuestos para 2015 de hasta un 22% menos que el año anterior. La congelación de las inversiones de la industria de petróleo y gas en alta mar, en gran parte causada por el reducido precio del petróleo, está perjudicando las ventas de equipos marinos. La división de aviación civil de Rolls está viviendo un paréntesis provocado por un cambio generacional en los diseños de aeronaves y cierta debilidad en la demanda de aviones.
Los problemas de base de Rolls están relacionados con el flujo de caja. El flujo de caja libre se redujo en dos tercios en 2014 a 254 millones de libras (unos 360 millones de euros) y es probable que sea negativo este año. Las últimas previsiones no son muy halagüeñas. La recompra de acciones puede haber hecho perder a Rolls otros 500 millones de libras en el segundo semestre del año.
Sin actuar, Rolls podría haber puesto en duda su calificación crediticia de grado de inversión. Una rebaja no solo haría aumentar los costes de financiación, sino que también dañaría la parte operativa de la empresa. Rolls vende productos y contratos de servicio post-venta. Los clientes necesitan seguridad a largo plazo.
El grupo cuenta con una envidiable experiencia en ingeniería. Las perspectivas a largo plazo para el mercado mundial de la aviación civil, por su parte, son buenas. El dolor a corto plazo puede traducirse en un futuro vuelo más alto. En menos de una semana en el cargo, East ha demostrado que puede actuar con la audacia que la empresa requiere.