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Aprovecha que el BCE no hará test de estrés este año

La Autoridad Bancaria pasará revista a la banca europea en septiembre

Andrea Enria, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en enero de este año en la CECA.
Andrea Enria, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en enero de este año en la CECA.Manuel Casamayón

La Autoridad Bancaria Europea (EBA) ha decidido realizar un ejercicio de transparencia a los bancos de la zona euro, aprovechando que este año el BCE ha decidido no llevar a cabo test de estrés. Evaluará los balances y cuenta de resultados de 2014 y del primer semestre de este año. Los resultados se darán a conocer a partir de octubre y contribuirán a armonizar las diferentes normativas de cada país y a “reforzar la confianza en los bancos”.

Evitar nuevas quiebras bancarias se ha convertido en una auténtica obsesión para los supervisores europeos. A las elevadas exigencias regulatorias que han impulsado las distintas autoridades internacionales para evitar que se repitan crisis financieras como la acaecida en 2007 y que ha durado casi siete años, hay que incluir también las permanentes supervisiones a las que debe someterse el sector, se quejan varios directivos financieros.

Bancos como BBVA o Santander invierten anualmente en analizar y evaluar los nuevos requisitos regulatorios un promedio de 80 millones de euros, según han explicado estas mismas entidades en alguna ocasión.

Pero los supervisores defienden todos los nuevos requisitos normativos y las evaluaciones como un medio preventivo. El Banco Central Europeo (BCE) decidió en febrero pasado no realizar nuevos test de estrés este año, con la excusa de que ya se había llevado a cabo unas duras pruebas de resistencia el verano del pasado año y cuyos resultados se dieron a conocer el 26 de octubre. Además, argumentó que así el sector y el propio BCE iniciarían los preparativos para el próximo ejercicio de 2016.

Pese a la decisión del BCE, los bancos europeos no van a librarse de realizar nuevos exámenes este año. La EBA ha tomado la iniciativa y ha decidido realizar un ejercicio de transparencia al sector, cuyos resultados se darán a conocer entre octubre y noviembre, banco por banco, previo consentimiento de las propias entidades.

A diferencia de los test de estrés del BCE (que realiza con la metodología de la EBA), el examen que ha comenzado a llevar a cabo la institución que preside Andrea Enria presenta una foto fija del sector, ya que se analizan los balances de 2014 y los del primer semestre de este año. Estos datos, que se recogerán en casi 200 hojas o planillas, no sufrirán proyecciones como ocurre con los test de estrés del BCE.

La EBA explica en una carta remitida a los bancos el pasado 19 de mayo que “en nuestra opinión proporcionar divulgación regular, así como el desarrollo de definiciones comunes y el trabajo en curso sobre modelos de benchamarking interno, es esencial para apoyar la disciplina de mercado eficaz y reforzar la confianza en los mercados”.

El ejercicio de transparencia analizará el capital, los activos, la cuenta de resultados, el riesgo crediticio (incluyendo las titulizaciones), el riesgo de mercado, exposiciones frente a la deuda soberana, la morosidad, y los ratios y colaterales de apalancamiento para los préstamos hipotecarios.

Para aminorar la carga de trabajo de los bancos con este nuevo ejercicio de transparencia, la EBA será la encargada de rellenar las plantillas con los datos que ya tienen los supervisores de cada una de las entidades a examinar. Estas plantillas se remitirán a los bancos para que revisen los datos y corregirán los errores. En septiembre se repetirá el proceso incluidos ya los datos de junio de 2015. Tras su revisión, la EBA procederá a publicar los resultados del ejercicio.

El reto de armonizar el mosaico regulatorio

La Autoridad Bancaria Europea explica en la carta remitida a cada uno de los bancos de la zona euro que la “decisión de no presentarse a una prueba de esfuerzo en toda la Unión Europea en 2015 fue impulsado por un reconocimiento de los avances en curso de los bancos de la UE están haciendo para fortalecer su posición de capital”. Y añade que la “prueba de esfuerzo de 2014 fue también un ejercicio muy intensivo de recursos y genera una gran cantidad de factores cuantitativos, así como información cualitativa sobre los bancos en su alcance, que todavía sirve para informar para las evaluaciones de supervisión en curso”.

En este nuevo ejercicio de transparencia, los bancos solo están obligados a rellenar las dos plantillas relativas a su exposición soberana y a su ratio de apalancamiento, ya que el resto de los datos los incluye la EBA, aunque las entidades deben comprobar si hay errores o no. Este ejercicio servirá, no solo para reforzar la confianza en el sector financiero por parte de los mercados, sino también para intentar homogeneizar las diferentes y dispares normas que afectan a los bancos, y que distorsionan cualquier cálculo comparativo, como es el de los activos ponderados por riesgo (APR), cuyo tratamiento es más exigente en España que en Alemania. La EBA es, precisamente, una autoridad independiente de la UE que trabaja para garantizar un nivel coherente de regulación y supervisión prudencial en el sector bancario europeo. Sus objetivos son mantener la estabilidad financiera en la UE y velar por la integridad, la eficiencia y el correcto funcionamiento de la banca. Su labor es mejorar el funcionamiento del mercado interior asegurando una supervisión y regulación armonizada.

Otras claves

Capital: Andrea Enria es un defensor de las reformas destinadas a reforzar el capital de los bancos. Cree, como expuso en su intervención en la CECA en enero, que los bancos que han alcanzado niveles adecuados de capital han experimentado un mayor crecimiento del crédito, han ganado cuota de mercado y han conseguido atraer financiación más barata.

Reto: La EBA cree que el reto ahora es mejorar la coordinación entre las instituciones.

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