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La Bolsa helena cede un 5,92%

La UE ya no descarta que Grecia suspenda pagos

Despliega el estudio de un plan B por si el país heleno quiebra Atenas critica la presión del FMI y enviará mañana delegados a negociar a Bruselas

El primer ministro griego, Alexis Tsipras y el ministro de Defensa egipcio, el general Sedki Sobhi Sayed, en Atenas.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras y el ministro de Defensa egipcio, el general Sedki Sobhi Sayed, en Atenas. Efe

Sin tabúes. Las reuniones de los países de la zona euro sobre Grecia ya no excluyen ningún escenario, ni siquiera una ruptura total de las negociacions sobre el rescate, una suspensión de pagos o un colapso del sector bancario griego que obligue a Atenas a decretar un corralito.

El deteriroo de los contactos durantes la última semana ha obligado, según fuentes europeas, a iniciar los preparativos ante la posibilidad de que los escenarios más temidos se materialicen en las próximas horas. Los planes B de la zona euro intentarán frenar el contagio de una posible quiebra de Grecia.

La versión oficial de Bruselas asegura que la Unión Monetaria podría resistir la sacudida porque se ha pertrechado de numerosas armas desde la crisis de 2010, como el fondo de rescate y, sobre todo, los planes de compra masiva de deuda puestos en marcha por el BCE el pasado mes de febrero.

Pero la inquietud es palpable en los pasillos comunitarios ante el riesgo del catacalismo que podría condenar a algunos países de la zona, como España o Portugal, a revivir los momentos más duros de la crisis de deuda, cuando las primas de riesgo alcanzaron niveles insostenibles. Bruelas confía en que no se repita la pesadila, aunque ya no lo descarta.

Fuentes de la negociación esperan hoy una nueva propuesta del Gobierno griego que permita desatascar las negociaciones y cerrar un acuerdo in extremis el próximo jueves en la reunión del Eurogrupo en Luxemburgo. “Pero Atenas no se ha movido en las últimas horas y no hay señales claras de que vaya a hacerlo”.

Ante la falta de avances, el Fondo Monetario Internacional dio un portazo el jueves y su delegación abandonó las negociaciones en Bruselas y regresó a Washington. El organismo que dirige Christine Lagarde lamenta la negativa Atenas a adoptar nuevos recortes de pensiones, pero también el rechazo de los socios del euro a una rebaja de la carga de la deuda griega.

El Gobierno griego interpreta la estampida del FMI y los preparativos de Bruselas para una posible debalce como una estrategia para redoblar la presión y obligarle a tragar otra dosis de las políticas de austeridad que han reducido en una cuarta parte el Producto Interior Bruto del país.

Pero Atenas podría estar minusvalorando la voluntad de algunos socios, en particular de Alemania, de resisitir hasta el final aún a costa de exponer a la zona euro a renovadas turbulencias financieras. El tono de Berlín, el enfado de Washingotn y el nerviosismo de Bruselas parecen indicar que el desenalce en Grecia , para bien o para mal, se aproxima.

Hoy, en la señal más clara hasta ahora de que el final se acerca, el Banco Central de Macenia ha prohibido a las filiales de bancos griegos repatrias fondos a su país. Los bancos griegos, con unos 22.000 millones de euros, suponen el 22% de los activos de la banca macedonia, según Bloomberg. El bloqueo de sus recursos, que pretende proteger los depósitos de los ahorradores macedonios en esas entidades, revela el grado de desconfianza que genera Grecia.

La situación podría agravarse si durante el fin de semana Grecia no logra convencer a sus acreedores con la nueva propuesta. Si es así, el lunes podría desencadenarse una guerra de reproches mutuos que podría desencadenar una estampida de depósitos en Grecia y la consiguiente quiebra del país.

 Máxima tensión

Como viene siendo habitual, los negros augurios procedentes de fuentes comunitarias poco tienen que ver con el optimismo que sigue destilando Grecia, en el habitual intercambio de mensajes de fuerzas de toda negociación. El Gobierno de aquel país sigue viendo "más cerca que nunca" el acuerdo con sus acreedores. Según Atenas, la diferencia en las negociaciones sobre el déficit primario queda solo en el 0,25%, por lo que el pacto podría estar más próximo según estas fuentes. El del déficit primario, con todo, es solo uno de los puntos de fricción entre las partes en las negociaciones. Una de esas líneas rojas es la subida del IVA a la energía que solicitan los acreedores y a la que se niega Grecia.

El Ejecutivo griego también ha filtrado que Alexis Tsipras ha mantenido hoy una conversación telefónica con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para debatir los siguientes pasos en las negociaciones.

Fuentes comunitarias creen que es muy difícil que las negociaciones entre Grecia y sus acreedores avancen lo suficiente para que se logre desbloquear parte de los 7.200 millones que Atenas aún no ha recibido del segundo rescate.

La situación del país heleno es crítica, más aún después de que ayer los delegados del FMI se levantaran de la mesa de negociación entre Grecia y sus acreedores por la distancia entre las partes. Lejos de rebajar su postura, el Gobierno griego ha criticado hoy el gesto de la institución presidida por Christine Lagarde, que interpreta como una presión a las partes. Atenas descarta ceder en sus líneas rojas y ha dado por acabadas las discusiones técnicas.

Las mayores tensiones sobre las negociaciones entre Grecia y sus acreedores ha provocado hoy un descenso del 5,92% del Ase, principal indicador de la Bolsa ateniense, al tiempo que su deuda a diez años sube al 11,5%.

El próximo jueves se celebra una reunión del Eurogrupo (los ministros de Finanzas de la UE) en el que, a día de hoy, parece difícil que se pueda sellar un acuerdo.

En Alemania la opinión pública parece proclive a propiciar la salida de Grecia del euro. Así al menos lo refleja una encuesta publicada hoy y elaborado por el centro Zfd. Un 51% es partidario del Grexit y hasta un 70% niega que se hagan más concesiones al país heleno.

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