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Tribuna
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Empresa familiar e ‘Interim Management’

Los datos del II Informe sobre Empresas Familiares Europeas cotizadas que recientemente ha publicado Banca March – Instituto de Empresa son reveladores: “las empresas familiares en las que el fundador aún está presente han obtenido de media una rentabilidad bursátil significativamente menor que las empresas que ya han superado el relevo generacional”. Por otra parte, el estudio sobre Profesionalización de la Empresa Familiar, auspiciado por el Instituto de la Empresa familiar, ya indicaba hace 10 años que más del 90% de las empresas familiares españolas encuestadas habían “tomado cartas en el asunto de la sucesión”. Sin embargo, a pesar de lo expuesto, ocurre, a menudo, que a las situaciones de cambio no se les da suficiente importancia por parte de la propiedad y las estadísticas muestran que menos del 10% de las empresas familiares llegan a la tercera generación. Estos datos reflejan que en la empresa familiar es conveniente aprovechar un apoyo especializado en momentos clave de transición en la gestión y que, cuando esto hace falta, la agilidad de ejecución y la experiencia contrastada son claves.

Un interim manager es un “gestor experto transitorio” que resulta muy útil para estos procesos, donde, además, hay un componente emocional muy fuerte por los vínculos familiares existentes entre los miembros de la dirección y accionistas mayoritarios de la compañía. Por tanto, el valor de un interim manager se centra en su profesionalidad contrastada, en su temporalidad y en su independencia en las decisiones a tomar (desde el primer día se sabe el día en qué finalizará su trabajo y las acciones que desarrollará).

En la empresa familiar existen diversas situaciones en las que encajan a la perfección este tipo de profesionales:

En muchas ocasiones, las empresas familiares intentan recabar estos apoyos mediante consejeros externos, consultores o contratando a un DG al que acabarán despidiendo en cuanto los hijos estén suficientemente preparados o la escisión se haya consumado.

Es mucho más ordenado, flexible y eficiente contar con un interim manager con unos objetivos, roles y período de involucración delimitados. Así, sus acciones serán conocidas, apoyadas y documentadas, no habrá riesgo de que el gestor dedique tiempo y esfuerzo a encauzar intereses o trayectorias profesionales propias dentro de la compañía y, además, conducirá el proceso de mentoring del sucesor designado por la familia sin que esto le suponga un problema personal, ya que su labor no finalizará con un despido, sino con la culminación ordenada de la misión para la que fue contratado.

Amadeo Corbí es Partner Manager de DT Interim Transition Management

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