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Columna
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Google prueba su propia medicina

Google está probando su propia y fuerte medicina. MasterCard y Visa están evitando que el Android Pay del gigante de la tecnología se lleve una parte de las transacciones. Eso complacerá a los bancos y podría hacer presión para que Apple se deshaga de su propia cuota.

Los algoritmos de la web de búsquedas por excelencia deciden cómo se muestran los resultados. Eso le da un enorme poder a la empresa. Una modificación en las ecuaciones puede significar que la página web de un fontanero local, por ejemplo, salte del 10 al primer puesto, o viceversa. Google reclama alrededor de dos tercios del mercado.

Como mínimo, la empresa dirigida por Larry Page habría esperado que su aplicación para pagos móviles ganara algo, igual que Apple Pay cuando se lanzó el pasado otoño. Eso no está sucediendo, sin embargo, porque Visa y MasterCard decidieron recientemente introducir gratis el servicio de tarjeta de seguridad que se incrusta en iPhones, iPads y dispositivos administrados por Android.

Tanto el gigante de las búsquedas como Apple tienen mucho que ganar en el mundo de los pagos móviles

La medida no afecta a Apple –todavía–. Aún sigue cobrando cerca de un 0,15% del valor de cada transacción pagada utilizando Apple Pay. La compañía de Tim Cook también está ampliando el servicio, sumando localidades en Estados Unidos y preparando el lanzamiento en Reino Unido el mes que viene. Si Android Pay se vuelve tan popular, o más aún, la presión obligará a basarse en Apple –la mayoría de los bancos emisores de tarjetas tienen que darle parte del botín–.

Estas tarifas no serán una gran fuente de ingresos, ni para Apple ni para Google. Incluso con supuestos optimistas, según Goldman Sachs, Apple Pay solo contribuirá con 210 millones de dólares a los ingresos brutos que se espera que obtenga la empresa el año que viene de 245.000 millones.

Hay mucho que ganar para ambos en el mundo naciente de los pagos móviles. Por el momento, Google se ha visto obstaculizada por la vieja guardia de la financiación. Es demasiado pronto, sin embargo, para sacar al innovador de Silicon Valley de esta batalla de titanes emergentes.

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