¿Trato especial para los bancos del euro?
Hasta los grupos de presión bancarios a veces tienen razón. Su argumento de que la zona euro necesita un tratamiento especial en las nuevas reglas globales de capital de las entidades financieras no se limita a servir al interés propio de los bancos locales. Refleja la nueva realidad del bloque de la moneda única.
La cuestión está en la capacidad total de absorción de pérdidas (TLAC, por sus siglas en inglés), compuesta por el capital y la deuda que los titulares saben que se amortizará si suficientes créditos van mal para liquidar a los accionistas. La falta de un verdadero TLAC hizo que los contribuyentes asumieran las pérdidas en la crisis financiera.
La falta de un verdadero TLAC hizo que los contribuyentes asumieran las pérdidas en la crisis financiera
El Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), que coordina la reglamentación financiera mundial, quiere exigir a cada banco global que tenga un TLAC del 16% a 20% de los activos ponderados por riesgo. Pero la cuestión es dónde se situará el TLAC: en la sociedad central para que pueda ser enviado a cualquier nación que lo necesite, o en las filiales nacionales clave, donde los equipos de rescate locales puedan meter fácilmente las manos.
Los bancos tienen varios problemas con la propuesta. En Europa, quieren que las autoridades declaren la zona euro como mercado único para los propósitos del TLAC. Aunque los bancos siguen siendo nacionales, la tendencia es claramente hacia un mercado único de capitales. El Banco Central Europeo es ahora un regulador supranacional y se supone que el nuevo Mecanismo Único de Resolución debe garantizar que los miembros comparten el dolor de las quiebras de los grandes bancos.
También hay un argumento práctico. Como aseguró un banquero europeo sénior a Reuters Breakingviews, las entidades de los Estados centrales más ricos podrían simplemente no molestarse en invertir en la periferia con problemas si tuvieran que mantener un TLAC local.
Las concesiones en el caso del TLAC son inevitables antes de que finalice la propuesta, probablemente este otoño. Los bancos de los mercados emergentes ya han ganado una exención. Un beneficio europeo podría sumarse a la lista.