La apuesta por el ‘flexiworking’
El tiempo es la materia de la que está formada la vida y, por tanto, lo más valioso que existe. Lo saben bien aquellos que a duras penas llegan a cumplir con la agenda diaria, esos que necesitarían días de 25 horas, entre los que figuran muchos primeros ejecutivos. La diferencia la marcan quienes perciben esto no solo para sí mismos, sino para los trabajadores a su cargo, sean decenas, cientos, miles o decenas de miles. La imparable conciliación laboral y familiar ha tomado posiciones lenta pero inexorablemente y las nuevas generaciones, crisis aparte, han empezado a colocarla entre sus prioridades. La recuperación y vuelta al crecimiento, y por tanto del empleo, va a hacer más preponderante este fenómeno y, como siempre ocurre en la actividad empresarial, acertarán quienes se adelanten a los hechos. Una misión de líderes. La fórmula de flexiworking que va a poner en marcha el grupo Santander quiere ir en esta línea. Se trata de una novedosa manera de trabajar en la que el empleado gestiona su horario –“siempre que sea objetivamente posible”–, dotándose de una flexibilidad que ha de ir, claro está, ligada a la productividad. Un plan global como este, que afecta a casi 190.000 empleados en todo el mundo –30.000 en España– es una apuesta tan llena de sensibilidad como orientada a la eficacia. El tiempo, precisamente, dirá si con éxito.