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Columna
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La cámara oculta del BCE en los bancos

El Banco Central Europeo planea colarse en los consejos de administración de los bancos en Europa. Los duendes de la estabilidad financiera de la zona euro observarán las reuniones. Como parte del esfuerzo de prever problemas para el sector bancario, tiene sentido –al menos hasta cierto punto–.

La mayoría de los bancos europeos de tamaño considerable, al igual que sus homólogos estadounidenses, están acostumbrados a la presencia de supervisores en sus sedes. En grandes bancos como Santander, los inspectores del banco central tienen oficinas permanentes. Pero los organismos de control europeos no han acostumbrados a aparecer en las reuniones del consejo.

Los supervisores tienen otras herramientas a este nivel, por ejemplo vigilar a los directores de las entidades para garantizar que son aptos para el trabajo. Pero dado que la cultura corporativa y la gobernanza comienzan en la cúpula, un ojo en más salas de juntas debería proporcionar a los reguladores una visión adicional sobre si los jefes están pensando y comportándose racionalmente.

La mayoría de las entidades de gran tamaño están acostumbradas a la presencia de supervisores en sus sedes

Uno de los peligros es que si los debates críticos tienen lugar cuando sus representantes están presentes, el BCE pueda estar implicado por asociación si las decisiones dan lugar a pérdidas de dinero en el banco o terminan mal. Debería ser lo suficientemente fácil, sin embargo, asegurarse de que todos los interesados entienden que los observadores son solo eso.

Una preocupación más concreta es que las visitas excepcionales inicialmente previstas por el BCE no puedan revelar lo que realmente está pasando. Se puede dar por hecho que las cuestiones más controvertidas no estarán en la agenda de las reuniones. Y los directores mostrarán su mejor comportamiento, lo que no necesariamente refleja cómo es durante todo el año.

Puede que las sesiones regulares con grupos más reducidos de consejeros y ejecutivos sean más reveladoras. Pasar desapercibido en la reunión del consejo de vez en cuando es un paso que vale la pena. Pero sentarse periódicamente con los jefes de los comités de riesgos, auditoría o remuneración puede proporcionar a Frankfurt una visión más útil de sus 123 bancos.

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