Matemáticos y expertos en seguridad, las profesiones con menos paro
Los trabajadores con estudios básicos tienen la tasa de paro más alta, con un 39% El paro de muy larga duración creció un 9,5% y los despedidos disminuyen un 22%
Solo cinco de cada cien titulados en matemáticas y estadística están en paro. Es más, en el caso de los matemáticos varones su tasa de paro es aún menor, del 3,5%, frente al 7,7% de las mujeres con esta titulación. Algo similar a lo que ocurre con los varones que han cursado estudios relacionados con los servicios de seguridad (militares, expertos en defensa; en protección de la propiedad o seguridad de las personas etc.) cuya tasa de paro es del 4,4%. Mientras que que las mujeres formadas en estas materias tienen una tasa de desempleo mucho más elevada (20,7%).
En el lado contrario están aquellas personas que solo estudiaron programas de formación básica (ESO y Bachillerato como máximo) tienen una tasa de desempleo del 39%, seis veces superior a los primeros. También los trabajadores del sector de los servicios personales y de las artes, tienen tasas de paro superiores a la media nacional, con un 26,7% y un 25,1% de desempleados, respectivamente.
Estos son algunos de los resultados de la submuestra de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que analizan las tasas de paro y de empleo según el nivel de formación alcanzado, entre otros detalles. Los datos de esta muestra arrojan datos estructurales del mercado laboral promedios de todo el año 2014.
Tras los matemáticos, estadísticos y vigilantes de seguridad, las profesiones con menos tasa de paro son los relacionados con el Derecho (10,63%), los veterinarios (10,65%) y los profesionales de la salud (12,18%). Precisamente son los veterinarios los que tienen una mayor tasa de empleo: ocho de cada diez personas tituladas y en disposición de trabajar tiene un puesto de trabajo.
Los despedidos descienden un 22%
Los detalles de esta submuestra estadística arrojan otros datos muy reveladores como que el pasado año había casi 1,4 millones de parados que llevaban desempleados tres años o más, lo que supuso un importante incremento del 9,5% respecto a 2013. Por el contrario, el pasado año descendieron un 22% las personas que fueron despedidas de su puesto de trabajo, que sumaron 864.300 frente a 1,2 millones en 2013.
El año pasado también aumentó el número de trabajadores que tenían jefe y ningún subordinado a su cargo. Estos supusieron el 68,6% del total de ocupados frente al 68,1% del año anterior. Así, los que más disminuyeron fueron los mandos intermedios, que pasaron de representar el 6,9% del total al 6,1%. También se produjo un avance de los ocupados independientes, sin jefes ni subordinados, que escalaron cinco décimas hasta el 11,7%.
En cuanto a las condiciones laborales, el INE aporta los datos que muestran lo poco extendido que está el teletrabajo en España: nueve de cada diez ocupados no trabajó ningún día en su domicilio particular en 2014. Solo un 2,6% lo hizo ocasionalmente y un 4,3% trabajó en su domicilio más de la mitad de sus días laborables. Y es que, entre otras cosas, teletrabajar suele ser más caro para el trabajador. Según un estudio de Regus hecho hoy público, tres de cada cuatro empresas que animan a sus empleados a trabajar desde casa no cubren todos los gastos del equipamiento que necesitan. Es más estos gastos equivalen práctiamente al salario de un mes, según dicho estudio.
La norma general sigue siendo no trabajar los sábados --el 60% no lo hizo el pasado año--. Si bien un tercio de los ocupados trabajó al menos un sábado al mes. Trabajar en domingo es aún menos habitual, y solo un 4,5% de los ocupados trabajó un domingo al mes. En ambos casos los porcentajes son muy similares al 2013, por lo que no habría cambiado este patron de distribución de las jornadas semanales.
Sí disminuyó el número de ocupados que trabajó a tiempo parcial para poder cuidar a personas dependientes (niños, adultos, enfermos y personas con discapacidad). Este colectivo asendió a 283.200 personas, un 12,1% menos. Lo que varió ligeramente fue el peso de las mujeres en estos cuidados, ya que en 2013 prácticamente nueve de cada diez eran cuidadoras frente al 80% en 2014. En cualquier caso más de la mitad de estas mujeres consideraron que no hay servicos adecuados para la atención de personas dependientes o que no pueden costearlos.