Trabajo pesado por hacer en Volvo
El fichaje de Martin Lundstedt como nuevo jefe de Volvo desde su rival, el fabricante sueco de camiones Scania, ayudó ayer a impulsar las acciones a máximos de cuatro años. Cuando llegue, debería reconsiderar el apego del grupo a excavadoras y bulldozers.
Lundstedt está entre los gestores mejor considerados de la industria tras 25 años en Scania, que es líder de la industria en calidad y rentabilidad. No sorprende que estuviera abierto a nuevas oportunidades después de que Scania perdiera su independencia al unirse a Volkswagen el año pasado.
Sin embargo, la situación es un poco dura con el consejero delegado saliente Olof Persson. Se le mostró la puerta de salida justo cuando el ambicioso programa para recortar los costes anuales en 10.000 millones de coronas (unos 1.070 millones de euros) al año para 2016, comenzó a dar frutos. Los márgenes operativos ajustados del primer trimestre saltaron a 6,1%, del 3,9% del año anterior. Esos resultados mejores de lo esperado alimentaron el rally de los títulos. Pero la gran participación de Cevian en Volvo probablemente aumentó la presión.
El mayor dolor de cabeza de Lundstedt será la unidad de equipos de construcción. Genera una quinta parte de los ingresos, pero ha sido duramente golpeada por la caída en la industria de la construcción. El beneficio operativo se ha reducido durante tres años consecutivos.
Volvo insiste en que la división es fundamental, pero la venta sería de ayuda. Las sinergias entre excavadoras y camiones son limitadas y los camiones de Volvo se beneficiarían de una mayor atención por parte de la dirección.
Los inversores ya habían empujado acciones de Volvo hasta un 19% al alza este año, incluso antes del aumento de ayer. Estar a la altura de estas expectativas requerirá mucho trabajo pesado.