Es tiempo de que yo viva
"Sire! egli è tempo ch'io viva."
Acto III [1] - Escena 2 del "Don Carlo" de G. Verdi
Auto de Fe en una gran plaza frente a Nuestra Señora de Atocha
Esta semana cuando veía a la "activista freelance" Josephine Markman (aunque supuestamente perteneciente al grupo feminista Femen) saltar sobre la mesa del presidente del BCE, Mario Draghi, durante la rueda de prensa celebrada tras la reunión del Consejo de Gobierno de la institución me acordaba de ésta escena de la ópera “Don Carlo” de Verdi en la que el protagonista interrumpe una ceremonia de igual importancia (un Auto de Fe) del régimen en aquellos días y que hoy ha quedado, afortunadamente, en desuso.
Libertad frente a Poder, Juventud frente a rendición.
Don Carlos de Austria hijo de Felipe II y su primera esposa la infanta María Manuela de Portugal, nació en Valladolid el 8 de julio de 1545 y murió en Madrid a la temprana edad de 23 años. Fue príncipe de Asturias desde 1560 hasta su muerte en prisión.
Su madre murió a los cuatro días de nacer y el niño se crio solo. Su padre, el monarca más poderoso de la tierra en ese momento, no le hacía mucho caso (su abuelo tampoco hizo mucho caso a su padre), pues estaba muy ocupado en dirigir sus posesiones.
En un determinado momento Don Carlos pide a su padre que cumpliera su promesa de hacerle gobernador de los Países Bajos y aplacar la amenaza de revuelta en Flandes. Pero el rey prefiere la solución represiva y sin concesiones que supone el duque de Alba, al que otorga definitivamente el cargo, incumpliendo así su promesa. A partir de ese momento, los enemigos del infante en la corte le declaran la guerra política y acaban convenciendo al rey para que le considere traidor a la patria y a su propio padre.
Retratado de una manera muy amable por Schiller en su obra Don Carlos, el infante de España, era en realidad un muchacho enfermizo [2] y un poco sádico. Siendo niño, gozaba con asar liebres vivas y una vez, a los once años y por diversión, hizo azotar a una muchacha. En 1562 se cayó por las escaleras golpeándose en la cabeza, después de varios intentos de curas (alguno de ellos ligados a la superstición eclesiástica) se le realizó una trepanación que haría de él una persona, si cabe, más inestable.
Para colmo, físicamente el infante Don Carlos, era todo menos un héroe al uso. Tenía un hombro más alto que el otro debido, en parte, a que la pierna izquierda era más larga que la derecha, el pecho hundido y una pequeña joroba. En la sala de retratos de los reinados de Felipe II y Felipe III en la planta baja del Museo del Prado se puede ver un retrato suyo hecho por Sánchez Coello en el que le presenta con una capa con la clara intención de cubrir todos sus defectos físicos.
Sin embargo, Schiller logra de él que encarne al rebelde enfrentado a un padre poderoso y autoritario y plantea la extraña relación entre el poder y la libertad. Pero la historia podría ir más allá, al encarnar una descripción detallada del proceso de “derrumbe” de los ideales de Juventud (Don Carlos/ Felipe II de joven) frente al stablishment (la Inquisición).
En éste sentido los personajes contrapuestos serían Don Carlos y El Gran Inquisidor y el papel protagonista pasaría de Don Carlos a Felipe II que encarnará así a la vida como un proceso de pérdida irremediable de los ideales de juventud. El tema visto así es tan atractivo, que hacer una ópera sobre el tema no era más que una obligación irrenunciable para un compositor romántico y revolucionario como Verdi.
Aun así la obra es un encargo de la Opera de Paris como parte de los actos que rodearían a la Exposición Universal de 1867 y su forma responde a los requisitos del subgénero operístico de la “Grand Opera”: grandes proporciones (cuatro o cinco actos), temas históricos, abundancia de personajes, orquesta inmensa, un ballet en los actos centrales, caras escenografías, vestuarios suntuosos y efectos escénicos espectaculares.
Pero por debajo de todo ello, surge el Verdi que nos habla de la fuerte insatisfacción que produce una vida que ha sido dejada en manos de otros.
"Ella giammai m'amo"
Acto IV [1] – Escena primera del "Don Carlo" de G. Verdi.
El gabinete del rey, en Madrid.
Escena posterior: Entra el Gran Inquisidor, ciego, de noventa años. El rey pregunta si la Iglesia objetará matar a su propio hijo, y el Inquisidor replica que el rey estará en buena compañía: Dios sacrificó a Su propio hijo. A su vez, el Inquisidor exige que el rey mate a Posa. El rey rechaza matar a su amigo, a quien admira y aprecia, pero el Inquisidor le recuerda al rey que la Inquisición puede abatir a cualquier rey; él ha destruido a otros reyes antes. […]
Algún día Dragui se preguntará “Ella giammai m'amo” (refiriéndose a los europeos) que a pesar de que los datos económicos parecen avalar su decisión, esto no están contentos y protestan.
¿Que ha pasado para que Dragui, después de un “What ever it take” en el 2012 en el que parecía poner muchas condiciones para hacer lo que ahora hace (compra de deuda y a corto plazo) y ahora lo hace sin condiciones?. ¿Se habrá plegado a la nueva Inquisición? (¿sector bancario?)
Una última consideración. ¿Recuerdan lo de que los miembros de la familia real (la previa a la abdicación de Juan Carlos I) eran los únicos que habían ido a la universidad? El infante Don Carlos fue educado en la Universidad de Alcalá de Henares junto al hermano bastardo de su padre, el reconocido y afamado don Juan de Austria.
Siempre debemos estar dispuestos a admitir licencias literarias, cuyo fin último es hacer útil la trama de la obra para la vida de los espectadores. Schiller tenia sus motivos Schiller ya que en su época del "Sturm und Drang" [3] entendía el teatro como una manera de enfrentarse a los problemas desde la rebeldía y la protesta.
La diferencia entre lo que nos dicen y lo que vemos, la diferencia entre los ideales y una realidad menos grata es lo que está detrás de la insatisfacción de la población occidental para con sus dirigentes.
Esta última semana hemos tenido buena cuenta de esta diferencia.
NOTAS:
- En la versión de cinco actos.
- La boda de sus padres fue pactada por su abuelo el emperador Carlos I con el propósito de obtener la cuantiosa dote de María Manuela de Portugal y la estabilidad política en la península. Sin embargo, la boda conllevaba riesgos, pues Felipe y María eran primos por partida doble.
- El Sturm und Drang (tormenta e ímpetu) fue un movimiento artístico alemán de la segunda mitad del XVIII que abogó por la libertad de expresión, la subjetividad individual y las fuertes emociones en contraposición a las limitaciones impuestas por el racionalismo de la Ilustración.