Primer mes de plan Draghi: deuda en mínimos sin estruendo
No ha habido cuello de botella ni sacudidas evidentes en el mercado de deuda soberana. El primer mes del plan de compras de deuda del BCE, que comenzaron el pasado 9 de marzo, se salda con un balance de total estabilidad, a pesar de que algunos augurios apuntaban a que el arrollador plan de Mario Draghi podría tener la capacidad de desequilibrar este mercado.
La activación de las compras es inédita. Nunca antes se había lanzado el BCE a adquirir deuda soberana de la zona euro en avalancha, al modo en que ya lo hicieron antes el Banco de Japón, la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra. El plan es realizar adquisiciones por 60.000 millones de euros al mes, de los que el 12,6% corresponden a deuda española, de acuerdo con el peso del país en el balance del BCE. No todo serán compras de bonos soberanos, puesto que también hay que incluir las cédulas hipotecarias, los bonos de titulización y la deuda del ICO.
Pero el plan de Draghi contempla adquirir deuda soberana española por un total de 100.000 millones de euros, sin que en las primeras semanas se haya advertido escasez en la oferta ni distorsión en los precios.
“El inicio del plan de compras del BCE no está siendo para tanto. El volumen de compras está siendo muy moderado, de volúmenes que no llegan a distorsionar el mercado”, explica Javier Casal, director de deuda pública de Ahorro Corporación. De hecho, los volúmenes diarios de operaciones de compraventa de deuda pública española no han sido especialmente elevados en las últimas semanas, según la estadística diaria que publica el Banco de España. El 9 de marzo, fecha de inicio de las compras del BCE, alcanzó los 1.126,7 millones de euros y se elevó a los 2.029 millones el 12 de marzo, jornada en la que el bono español diez años marcó mínimos en el 1,145%. Se mantuvo sobre los 2.000 millones en la semana siguiente para comenzar a descender después, hasta apenas 600 millones el último día del mes.
Pero son volúmenes que se mantienen en la línea de lo visto en meses precedentes y también en los primeros días de marzo, con anterioridad a la activación del plan de Draghi. Así, el 20 de enero, día en que el mercado conoció los detalles de la expansión cuantitativa (QE), el volumen de negociación de deuda pública española fue de 1.926,2 millones de euros y a los dos días se disparó a los 3.200 millones, prueba de la expectación de los inversores ante el despliegue de adquisiciones del BCE que estaba por llegar.
Corrección desde mínimos
“Se esperaban compras masivas, pero el bono español no llegó a irse por debajo del 1%. Sí tocó un mínimo, ahí se vio el efecto máximo del QE”, añade Casal, que. prevé un rendimiento para el bono soberano a una década de entre el 1,10% al 1,60% para las próximas semanas, aunque no haya que descartar una nueva aproximación al 1%. El bono ha corregido ligeramente desde el mínimo del 1,145% al 1,27% de ayer, un movimiento compartido por otros bonos de referencia de la periferia europea. El italiano a diez años también marcó un mínimo a mediados de marzo en el 1,128% y ahora cotiza en el 1,27%, mientras que el portugués, ha pasado de un mínimo histórico del 1,56% al 1,69% dos semanas después.
“El BCE podría estar comprando alrededor de 300 millones de euros de deuda pública española al día. En un mercado tan líquido, su actuación no se nota mucho”, añade Javier Domínguez, socio director de Auriga Global Investors.
El BCE materializa sus compras a través de los distintos bancos nacionales de la zona euro, que son quienes contactan con los creadores de mercado para dar las órdenes. Según los boletines que publica el Banco de España, los mayores volúmenes de negociación se concentran en plazos de entre 8 a 12 años, aunque no figura quién está detrás de las operaciones. Sin que se haya disparado el volumen de negocio, el BCE está comprando deuda a quienes ya la adquirieron con anterioridad, sabedores de que Draghi iba a estar ahí.