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Tribuna
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¿Es todo cuestión de tamaño en la era digital?

Los elefantes son los animales terrestres más grandes que existen. En términos metafóricos podríamos denominar así a las grandes corporaciones. En la próxima década seremos testigos de la mayor concentración de poder empresarial y económico a nivel global de la historia. Simultáneamente las personas y las pymes tienen a su alcance herramientas de comunicación y venta que ni siquiera soñaron o imaginaron. Nunca, en la historia moderna, las pymes pudieron luchar de igual a igual con los gigantes, como ahora.

Estos cambios aparentemente contradictorios están ocurriendo simultáneamente. Esencialmente, desde los inicios de la era digital, el tamaño que empieza a delinear el éxito es el de la actitud con que se encara o se crea lo nuevo.

Hablar del miedo del elefante es un tema bastante complicado. Por un lado, muchos afirman que esto es sólo un mito, mientras que otros piensan que es una realidad. Hablamos del temor de los paquidermos, aunque claramente podríamos estar haciendo referencia a la concentración del poder de las grandes empresas.

Desde los albores de la era digital, varias start-ups de la economía colaborativa de alto perfil están valoradas en miles de millones de dólares, una señal de que los inversionistas creen que el segmento está en auge, y los clientes las eligen porque ayudan a mejorar una parte de sus vidas.

Tesla Motors, Airbnb, Xiaomi, Dropbox, Netflix, Warby Parker, Square o Uber son un claro ejemplo de cómo los ratones, por seguir utilizando la metáfora, están generando ciertos miedos entre algunos elefantes. A otros, no sólo los han inspirado sino que han colaborado a que mejoren sus productos, servicios y visión de negocios. Aquellos que dicen que no es posible salirse del camino, nunca han creado uno.

Mucha gente piensa que los elefantes tienen miedo a los ratones. En realidad, lo que ocurre es que los elefantes tienen una mala visión. Esto hace que no soporten las sorpresas o los movimientos bruscos y cuando se acerca un ratón se ponen nerviosos y un poco agresivos.

El proceso de creación de valor de marca es una necesidad que toda organización, grande o pyme, debe incluir dentro de su estrategia de negocio. Debe construir su marca con rigor, pero sin rigidez. Tanto para grandes como para medianos y pequeños, el branding es como el sexo: todo el mundo lo practica, pero no todos lo hacen igual de bien.

Es evidente que el tamaño que importa cada vez más es el de la actitud. Una forma de comprender que esta nueva era necesita de nuevas ideas, nuevos conceptos y nuevos tamaños. Muchos grandes prefieren ignorar a los nuevos pequeños, pero resulta que la velocidad con que crecen los pequeños es cada día más y más rápida. Hoy, Airbnb puede tener una valoración de mercado superior a la cadena Hyatt. Google, en menos de 16 años, alcanzó el puesto de segunda empresa más valiosa por capitalización bursátil del mundo.

El resultado es que la digitalización seguirá cambiando paisajes de todas las industrias, ya que da vida a nuevos grupos de competidores, más allá de su tamaño. Algunos jugadores pueden considerarse amenazados, incluso antes de que haya identificado a sus nuevos competidores. De hecho, las nuevas fuerzas en los negocios traerán retos inmediatos a la vez que oportunidades, o ambos, los grandes y los pequeños, y todos conectados digitalmente a sus negocios.

El mercado se ha vuelto cada vez más competitivo. La aparición de nuevos estados, la irrupción de nuevas tecnologías, la desintermediación en ciernes, unas clases bajas que entran en los circuitos del consumo y tantas otras variables que hacen que los grandes quieran proteger su porción de mercado a toda costa.

Los elefantes pueden estar a la par con otras especies inteligentes como los cetáceos y algunos primates. Por ello las grandes corporaciones, que por algo son grandes, tienen la enorme responsabilidad, y oportunidad, de ayudar a crear un mundo mejor, mas justo, mas equitativo, mas humano. Tienen los recursos, la imaginación y la inteligencia para hacerlo.

Los ratones del siglo XXI no tienen miedo. Tienen una clara vocación de negocios con una visión responsable, con la clara misión de hacer mejor la vida a la gente. Se animan a enfocar sus estrategias sin un temor visceral al fracaso, sino con un animo de evolucionar permanentemente. Ven lo que otros no ven y hacen lo que otros no hacen, o no se animan a hacer. Como dijo Fellini: “El único realista de verdad es el visionario.”

No es fácil ser ratón en la era digital, pero ciertamente ser un elefante con miedo lo es menos. Para algunos todo esto es sólo un mito, mientras que otros piensan que es ya una realidad.

Andy Stalman es CEO de Cato Partners y miembro del Comité de Expertos de Creanavarra

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