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Columna
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El reto de Swatch frente a Apple

Nick Hayek, consejero delegado de Swatch, no parece preocupado por la llegada del fabricante del iPhone a su terreno. Debería estarlo. Entre los relojeros suizos, que en conjunto producen unos 30 millones de piezas al año, Swatch parece de los más vulnerables. Aunque tiene marcas premium como Breguet, Harry Winston y Omega, hasta la mitad de sus ventas se dan en el mercado del precio medio –al que Apple apunta–.

Hayek asegura que no tiene interés en imitar el “mini teléfono móvil de Apple para la muñeca”. Sin embargo, el diseño del nuevo smartwatch Swatch Touch se parece lamentablemente a un walkman de los ochenta. Si el rango de Apple despega, Swatch estará claramente en desventaja en cuanto al diseño en ese terreno.

El grupo calcula que solo el 10% de su negocio va a competir con los relojes del gigante tecnológico. Pero Barclays estima que con el precio de salida del modelo básico de 349 dólares (unos 330 euros), una cuarta parte de las ventas de Swatch podrían ser vulnerables. Parece que Swatch empujaría hacia un mercado más exclusivo, donde Apple no puede competir con el trabajo artesanal que se dedica a los relojes de alta gama.

Esto no sería una maniobra fácil de lograr. Muchas de sus marcas de prestigio ya competirán con las del propietario de Cartier- Richemont, aislado en parte de Apple por su precio.

Elmar Mock, coinventor de Swatch, predice “una edad de hielo” para la industria relojera suiza. El último informe del Instituto de Investigación Hurun sobre el lujo chino también se traduce en problemas. Los productos de Apple se convirtieron en el regalo de lujo número uno en 2014 en China, con los relojes cayendo en el ranking.

Que los consumidores necesiten un reloj que permita a los amigos compartir la frecuencia cardíaca está por verse. Pero Hayek no puede limitarse a hablar del fracaso del Apple Watch. Haría bien en trabajar más duro.

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