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Columna
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El elegido de Credit Suisse

Credit Suisse ha encontrado el tipo de consejero delegado que la industria temía, pero necesitaba. El jefe de Prudential, Tidjane Thiam, que sustituirá a Brady Dougan en julio, no tiene vínculos o relaciones con la banca privada o de inversión. Y cuenta con una reputación de movimientos audaces. Es una combinación que debería dar escalofríos no solo a Credit Suisse, sino a también a los rivales de toda la City y de Wall Street.

La banca de inversión de Credit Suisse produjo una rentabilidad sobre fondos propios (ROE, por sus siglas en inglés) de solo el 8% el año pasado. Obviando diversos problemas desde los costes de financiación a los activos de patrimonio, las cosas van mejor, pero en los últimos años los llamados gastos no estratégicos se han mantenido recurrentes.

Los bancos desde Barclays a Goldman Sachs o JPMorgan están lidiando con los mismos problemas. Su ROE rara vez supera el 12%, incluso en el caso de los mejores. Pero se trata de algo especialmente marcado en aquellos como Credit Suisse. Casi la mitad de sus 25.000 millones de francos suizos (23.375 millones de euros) de ingresos del año pasado y más del 60% de los ingresos antes de impuestos se deben a la banca privada y la gestión de patrimonios. Este último es un buen negocio de baja inversión de capital que produjo un margen antes de impuestos de alrededor del 30% en 2014. Pero la banca de inversión con una intensa necesidad de capital desplaza gran parte de esa rentabilidad.

Thiam puede abordar los problemas con una pizarra en blanco, impulsado por su récord en Prudential, cuya acción se ha triplicado en cinco años. Aplicar un enfoque donde todo vale a Credit Suisse serviría bien a los accionistas –como parecen apreciar, dado el salto en las acciones del banco–. Haría también preguntarse a miles de sus banqueros y operadores si sus trabajos son seguros.

Si Thiam toma ese camino y tiene un mínimo éxito, será difícil que sus nuevos compañeros de Wall Street y la City de Londres se resistan a imitarle.

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