Los automóviles, con el ojo puesto en Apple
Las automovilísticas ven en la conectividad un reto a cortísimo plazo
El debate sobre el coche del futuro en el Salón del Automóvil de Ginebra, que abrió ayer las puertas al público general hasta el próximo 15 de marzo, lo están centrando empresas que no tienen, en principio, nada que ver con el mundo automovilístico, pero que se convierten en protagonistas de allí donde ponen el ojo. La posibilidad incierta de que Google o Apple tengan sus propios coches, de conducción autónoma o eléctricos, se mira con el rabillo del ojo desde las principales empresas del motor, aunque en sus declaraciones públicas no parecen temer al lobo feroz tecnológico.
“No son una amenaza”, sentenció el presidente de Renault-Nissan, Carlos Ghosn, en el Mobile World Congress celebrado en Barcelona al mismo tiempo que el Salón de Ginebra. “La nuestra es una industria que requiere mucha inversión y, desafortunadamente, no obtiene grandes márgenes de retorno. No es atractiva”, dijo el presidente en declaraciones a CNBC.
El mundo online ya es realidad en el coche
La vida que los usuarios llevan en sus redes sociales, correo electrónico o WhatsApp no puede parar por tener que desplazarse durante horas en el coche. Y esta necesidad está ya teniendo su plasmación en los nuevos vehículos presentes en el Salón de Ginebra y en las nuevas tecnologías mostradas en el Mobile World Congress, con anuncios como la cooperación Samsung-Seat para mejorar el uso de las aplicaciones del teléfono móvil en el coche, evitando distracciones, o el sistema de ayuda a la movilidad de Opel, OnStar, que lanza en Europa este verano y que incluye un punto de acceso wifi con conexión a internet a velocidad 4G que permite conectar a la vez hasta siete dispositivos móviles.
El consejero delegado de Daimler, Dieter Zetsche, detalló que “la carrera para construir el coche del futuro está lejos aún” y no está claro cuál va a ser el papel que van a jugar las compañías tecnológicas. “Google y sus homólogas quieren verse involucradas pero no creo que su objetivo sea construir coches”, afirmó. En este mismo sentido se manifestó el consejero delegado de Opel, la enseña alemana de General Motors, Karl-Thomas Neumann, al asegurar en una mesa redonda con periodistas que “no es fácil construir coches y tampoco es fácil hacerlos rentables. Se necesita mucha tecnología, investigación e industria para conseguirlo y muchos años de trabajo”.
Menos seguro está el consejero delegado de Fiat-Chrysler, Sergio Marchionne, que sí considera a estas empresas relevantes para la configuración del sector a futuro. “La industria tradicional del motor sería tonta si ignorara los movimientos de Google y Apple dentro de la tecnología automovilística”, aseguró en su intervención en Ginebra. Las intenciones de estas dos empresas dentro del mundo del motor son “increíblemente serias”, remarcó el consejero, y sus movimientos dentro de la conducción autónoma o eléctrica pueden ser “extremadamente disruptivos” dentro del sector. “Siempre es bueno que vengan gentes nuevas a darle aire a cualquier sector, pero cuando eres el tipo sobre el que van a irrumpir, no lo esperas con tanta alegría”, asumió el propio Marchionne.
El temor del consejero no es baladí. Al fin y al cabo, con una capitalización actual de mercado de 750.000 millones de dólares, Apple vale más que Daimler, Volkswagen, Renault, Peugeot, Fiat-Chrysler, Ford y General Motors juntos, según los datos recogidos por Reuters. Si no puede hacer el coche desde cero, sin duda puede comprar una compañía tradicional que lo haga por ella.
Colaboración
Porque lo que sí que está claro es que el móvil ha entrado con fuerza en el coche y que está aquí para quedarse. La mayor integración de las tecnologías en los automóviles motivan que los dos sectores, antes que verse como rivales, deban colaborar y esa doble actividad es lo que motiva la presencia de presidentes como Carlos Ghosn tanto en el Mobile World Congress de Barcelona como en el Salón del Automóvil de Ginebra. Son socios necesarios.
Lo expresan mejor las propias palabras del alemán Dieter Zetsche, responsable de Daimler: “Hay una tremenda oportunidad de convergencia entre las empresas tecnológicas de la Costa Oeste (de EE UU) y la industria del motor cuando enfrentamos el vacío que hay en la conectividad actual del coche. Estamos preparados para conducir este desarrollo pero no perdemos de vista a la competencia, venga de donde venga”, dijo.