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Columna
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Otro asalto de las fusiones móviles

Si la fusión de Wind y Tre Italia fuera fácil se hubiera hecho hace mucho. Las conversaciones en el pasado entre los propietarios del tercer y cuarto operadores móviles de Italia resultaron infructuosas. Las especulaciones mediáticas el año pasado terminaron cuando el propietario de Wind, Vimpelcom, afirmó en octubre que las discusiones sobre una empresa conjunta al 50/50 no habían llegado a ninguna conclusión.

Sin embargo, la unión de Tre Italia, propiedad de Hutchison Whampoa, de Li Ka-shing, con Wind promete a Li y a su colega, el magnate Mijaíl Fridman, tantos beneficios financieros que las filiales aún pueden conectarse.

Hutchison ya ha comprado a sus rivales en Irlanda y Austria, y ahora está haciendo lo mismo en Reino Unido. Italia es un lugar obvio donde todavía necesita ganar escala. Este es un mercado difícil y Tre es un débil cuarto jugador detrás de Telecom Italia, Vodafone y Wind.

La estructura es un gran obstáculo. Vimpelcom no tiene necesidad de vender: ha refinanciado la deuda de 14.000 millones de dólares (unos 12.300 millones de euros) de Wind, está a punto de recaudar fondos mediante la venta de torres de telecomunicaciones, y solamente aumentaría su dependencia de Rusia con una salida de Italia.

Sin embargo, a Hutchison no se le escapará que Fridman ha luchado largas batallas legales con BP, su compañero en TNK-BP, y Telenor, el equipo noruego que posee una gran parte de Vimpelcom. Así que una joint venture tendría que ser cuidadosamente estructurada. La fusión del negocio resultante tendrá un valor de unos 17.700 millones de euros.

El punto muerto podría continuar. Pero las fusiones y adquisiciones están transformando el sector europeo de las telecomunicaciones y los acuerdos con largas negociaciones finalmente se están cerrando. Este estancamiento podría romperse también.

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