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Columna
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La batalla danesa de las divisas

Dinamarca está intentando varias tácticas para frenar la fortaleza de su moneda frente al euro. La última fue la negativa a vender bonos del tesoro en una subasta la semana pasada. El gobernador del banco central ha asegurado que una menor liquidez del mercado sería solo un “coste de la guerra”. Pero esa es la menor de las preocupaciones.

La decisión de evitar la subasta llega un mes después de que Dinamarca suspendiera la emisión de todos los bonos del gobierno. Sigue a una serie de recortes en la política de tipos de interés, fijados en -0,75%. El objetivo es hacer que sea punitivo para los inversores mantener la corona, lo que de otro modo podría estallar fuera de las bandas de cotización oficiales contra el debilitamiento del euro.

El castigo está, sin duda, funcionando. Los bonos del Estado con vencimiento a ocho años o menos tienen una rentabilidad inferior a cero. Pero los especuladores que apuestan a que la relación entre la corona y el euro se romperá no son los únicos castigados.

La rentabilidad doméstica puede ser poco atractiva, pero los fondos de pensiones y seguros daneses deben sopesar la posibilidad de una revaluación inesperada en el valor de la corona: esta implicaría que sus activos en euros abarcarían menos que sus pasivos en coronas. Incluso la mera posibilidad de que la paridad pudiera romperse, está impulsando estos fondos para que grandes cantidades de dinero vuelvan a su país, según los analistas de BNP Paribas.

Estos flujos agravarán la presión al alza sobre la corona y la presión a la baja sobre la rentabilidad, dada la escasez de activos aptos para comprar.

Las medidas adoptadas para mantener la corona alineada con el euro también perjudicarán a los bancos, que podrían comenzar a pasar en el coste a hogares y empresas mediante el cobro de depósitos. Pero eso podría reducir su base de financiación.

Los políticos daneses parecen dispuestos a tolerar los costes, pero puede que tengan que hacer ayudar a los que están enfrentándose a ellos.

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