Un particular pide investigar a la Fundación Caja Madrid
“Es un tema de conciencia”, dice Rafael Martínez Fernández. “He trabajado 40 años en Caja Madrid y viendo lo que está pasando no quiero culparme por no haber hecho nada”, explica en una conversación telefónica mantenida con este diario.
El pasado día 3 de febrero Martínez Fernández acudió a la Audiencia Nacional para presentar un escrito en el que advierte que la Fundación Especial Caja Madrid, consti tuida en diciembre de 2102 con el visto bueno de la consejería de Hacienda de la Comunidad de Madrid, ha anunciado pérdidas millonarias desde su creación “incurriendo en actividades de nueva creación sobre las que no existía compromiso”.
En una providencia a la que ha tenido acceso este diario, el juez Fernando Andreu, instructor del caso Bankia, en una pieza separada por las tarjetas de crédito de la entidad, unió a las investigaciones y dio traslado al Ministerio Fiscal el pasado día seis de febrero el escrito presentado por Martínez Fernández.
El exempleado de la entidad madrileña destaca en su escrito la labor al frente de la fundación de Carmen Cafranga, imputada por el caso de las tarjetas black de la caja. Martínez Fernández advierte que tres semanas antes de ser nombrada presidenta de la Fundación Especial Caja Madrid una fundación de Cafranga, Fundación Pardo Valcárcel, logró la cesión gratuita de uno de los mejores locales de la Fundación Caja Madrid. “Las condiciones de la cesión no se conocen ni han sido publicadas”, afirma en su escrito, en el que menciona una información al respecto de la Cadena Ser del pasado mes de noviembre.
Además señala que a una asociación dirigida por Cafranga, Asociación Patronato del Niño Jesús del Remedio, el Ministerio del Interior le retiró en 2010 la calificación de “utilidad pública” por centrarse su actividad “en la prestación de servicios mediante contraprestación económica”, y que a los cinco días de esa retirada, Cafranga transfirió el patrimonio a la Fundación Pardo Valcárcel.
Martínez Fernández sostiene que en sólo tres años la Fundación Especial Caja Madrid, con un patrimonio valorado en 450 millones, ha registrado pérdidas que suman 53 millones de euros, lo que cuestiona su viabilidad. Y asegura que ha solicitado en varias ocasiones información sobre las cuentas y retribuciones sin lograrlo.