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Alfredo Ruiz Plaza, consejero delegado para el sur de Europa de Compass Group

“Cuando ganamos un contrato tocamos una campana”

Ruiz destaca que la compañía invirtió más de 15 millones en España solo en 2014 Asegura que la crisis les ha vuelto más cautos

Alfredo Ruiz Plaza, durante la entrevista.
Alfredo Ruiz Plaza, durante la entrevista.Isabel Etxamendi
Manuel G. Pascual

Alfredo Ruiz Plaza (Madrid, 1961) destaca que el español no es un mercado fácil para la restauración. La sofisticada regulación alimentaria y la alta exigencia de los clientes hacen que empresas como Eurest, una de las marcas comerciales de la multinacional Compass, tengan que “esforzarse muchísimo” para crecer. El máximo responsable del grupo para el sur de Europa asegura que España es el octavo mercado más importante a nivel mundial. “Alimentamos diariamente a más de 350.000 personas en 2.000 lugares distintos con una plantilla de más de 12.000 trabajadores”, resume sin ocultar su orgullo.

Ruiz ocupa su actual puesto desde junio, aunque dirige la compañía en España desde 2009. Anteriormente trabajó en multinacionales como Hertz, Burger King y Shell.

Pregunta. ¿Cómo ha evolucionado el negocio de la restauración desde 2008?

respuesta. Se ha transformado mucho. La situación que ha vivido el mercado español ha sido complicada, y sigue siéndolo. Hemos gestionado la empresa con mucho realismo. Tenemos una relación muy fluida con los agentes sociales. Estamos en 90 convenios en el territorio español y, por tanto, tenemos más de 200 representantes sindicales con los que creo que nos llevamos bien. La transparencia es fundamental. Primero, para compartir las decisiones, que no han sido fáciles: congelaciones de salarios, adecuar la plantilla en algunos casos... También hemos buscado soluciones conjuntas y las hemos conseguido. Hemos ganado en flexibilidad, reconocemos la labor positiva de los sindicatos en este sentido.

P. Subraya usted la importancia de la política de recursos humanos en su actividad. ¿Qué opina de la reforma laboral de 2012?

r. A nosotros nos pareció que aportó elementos muy positivos, pero consideramos que podría haber definido mejor algunos aspectos. La claridad en la definición ayuda a todas las partes. Creemos que se podría haber precisado más en algunos modelos de contrato. Nuestra petición permanente a las autoridades es que trabajemos juntos para establecer el marco que nos permita a todos crecer y que nuestros trabajadores tengan la situación más correcta posible. La reglamentación laboral a menudo no es suficientemente clara. Hay demasiados trámites y dedicamos demasiados esfuerzos a una burocracia que no aporta valor.

P. En poco más de un año han conseguido los contratos de Ifema y del Congreso de los Diputados, anteriormente en manos del grupo Cantoblanco, de Arturo Fernández.

r. El grupo de Fernández es uno de los operadores con los que compito, aunque no está entre los de mayor tamaño. El del Congreso es un contrato llamativo, pero en realidad es uno más de tantos. Tenemos una campana en la oficina que suena cuando ganamos un nuevo contrato. Todos los días lo hace al menos una vez.

P. Recientemente se publicó que la calidad del catering de Ifema deja que desear. ¿Qué opina al respecto?

r. Compass es una compañía que cotiza en Bolsa. Debemos estar preparados para que haya diferentes interpretaciones públicas de lo que hacemos. A nosotros nos parece, y así nos lo manifiestan nuestros clientes, que el nivel de servicio y calidad que damos es correcto. No hemos recibido quejas.

P. También se ha sabido que tuvieron que cerrar una cocina por no contar con los permisos adecuados.

r. Se cerró. Teníamos unas instalaciones alquiladas a un tercero que parece que tuvo una disputa administrativa con el Ayuntamiento de Madrid y no le concedió todos los permisos. Para que no hubiera ninguna duda sobre nuestra gestión, decidimos suspender la actividad en esas instalaciones.

“La crisis nos ha vuelto más cautos”

P. ¿Qué perspectivas tiene la empresa para 2015?

R. Nos gustaría mandar un mensaje de cautela. Todavía hay mucho trabajo que hacer. Nosotros no creemos que la situación económica individual de las personas esté mejorando tanto como nos gustaría, aunque es verdad que se atisban elementos positivos. Con todo, gracias a una buena relación con el ámbito sindical, estamos pudiendo aplicar medidas flexibles que nos permiten avanzar. Creo que en 2015 vamos a crecer y a crear empleo.

P. ¿No comparte entonces el mensaje optimista que repite últimamente el presidente del Gobierno?

R. Somos muy cuidadosos a la hora de lanzar las campanas al vuelo. No hay ninguna duda de que en algunos indicadores fundamentales económicos estamos mejorando. Pero nos gustaría que eso se trasladase con mayor rapidez al bolsillo de todos los españoles. Ahí creemos que todavía queda camino por recorrer. Hay muchas personas en desempleo y eso afecta al consumo. El endeudamiento de las familias sigue siendo muy significativo. Los hábitos de consumo han cambiado, somos más cautos de cara al gasto. Antes de la crisis no estoy muy seguro de que fuéramos tan sobrios, así que al menos algo bueno nos hemos llevado.

P. ¿Cómo ha cambiado el consumo de la gente, más allá de exigir el máximo por el mínimo precio?

R. Hemos notado que ha crecido la sensibilidad del consumidor. Ahora quiere conocer lo que come. Eso a nosotros nos gusta: creemos que es imprescindible dar toda la información posible. Están cambiando los hábitos alimentarios, se trata de comer de forma más equilibrada. También hay cambios en el consumo responsable: uno de nuestros lemas es que no puede sobrar comida. Nosotros estamos muy por debajo del 1% de sobrantes, y todavía me parece muchísimo.

Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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