El año del récord para los bonos verdes
Estos títulos movieron 24.766 millones de euros el año pasado, el triple que en 2013
La pequeña ciudad sueca de Orebro, la enorme Johannesburgo, la región francesa de Limousin o el vanguardista MIT de Boston estuvieron entre los 47 emisores que apostaron por bonos verdes en 2014. Ciudades, municipios y organismos públicos como el Banco Europeo de Inversiones (BEI) fueron los que más recurrieron a esta nueva herramienta de inversión para financiar proyectos ambientales creada en 2010 y que el año pasado batió todos los récords.
En total, los 'green bonds' levantaron 24.766 millones de euros, según la firma de análisis Dealogic. La cifra supera en un 212% lo que se invirtió en 2013, el triple respecto a ese año. Y resulta astronómica si se compara con los 782 millones de inversión registrados en estos bonos en 2010. En lo poco que va de año ya se han colocado dos emisiones verdes por el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Pablo Llado, director de mercado de capitales de Credit Agricole prevé que en 2015 se lanzarán por valor de más de 60.000 millones. “De aquí a diez años veremos muchas emisiones verdes de bancos y del sector público.
¿Qué es un bono verde? Un título de deuda por el que el emisor se compromete a que el dinero captado por los inversores se dedicará a proyectos ambientales. Una empresa, un organismo público o un banco puede colocarlos previa certificación de una auditora, aunque no todos especifican el proyecto en el que ponen sus divisas.
En Dealogic atribuyen este boom de bonos verdes a la búsqueda de dinero que ofrezca mejor rentabilidad que los que siguen dando los bancos. Los tímidos mejores datos económicos de Europa en 2013 alentaron el mercado de capitales, que ese año registró la colocación de títulos por valor de 7.930 millones de euros, muy lejos de los 275 millones de 2012, cuando Europa aún se reponía del peor momento de la crisis. En los estudios de Dealogic, que tiene su sede en Londres, no entra la totalidad de bonos emitidos, pero sí el grueso de los que se ponen en circulación.
¿Quién se interesa por estos bonos? Resulta llamativo que el 80% de las emisiones del año pasado fueran emitidas por inversores institucionales tradicionales. Entre los compradores figuraron fondos de inversión, planes de pensiones y fondos soberanos. Entre los emisores, entidades financieras, municipios, empresas energéticas o automovilísticas también emitieron bonos. Destacan las inversiones en renovables, como las emisiones de la principal eléctrica austriaca Verbund AG. La compañía lanzó emisiones por 492 millones de euros para financiar proyectos en energías renovables en Alemania y Austria.
Por su parte, Corporación Financiera Institucional, un organismo que forma parte del Banco Mundial, colocó a mediados de año 60 millones que dedicará a sistemas de eficiencia energética y renovables. La agencia de exportaciones de Canadá sacó 221 millones que empleará en combatir la merma de calidad del aire, del agua y de los suelos por el efecto del cambio climático. El Banco Europeo de Inversiones también se sumó en su emisión de bonos verdes por valor de 106 millones de euros a la financiación de energías renovables y eficiencia energética.
Credit Agricole prevé que en 2015 se emitirán bonos por valor de 60.000 millones
En los primeros seis meses del año se habían colocado cerca de 12.000 millones de euros, la mitad de los títulos de 2014. Hasta junio, Iberdrola fue la única compañía española en apostar por los bonos verdes, con una inversión de 750 millones de euros. Abengoa le siguió en septiembre, con dos operaciones por un valor total de 996 millones de euros para financiar proyectos a cinco años “con criterios ambientales y sociales” aunque sin especificar más. Con el negocio renovable parado en España, Abengoa es una de las compañías que busca dinero fuera. La sevillana fue el año pasado la primera española en acudir a la Bolsa estadounidense para sacar a cotizar parte de la compañía.
Perú, Luxemburgo, Australia, Suecia, Alemania, Estados Unidos, Francia, Holanda, Canadá o Japón emitieron en 2014 títulos de renta fija. En Japón, por ejemplo, el fabricante de coches Toyota, inventor del coche híbrido (mezcla gasolina y electricidad), emitió bonos verdes por valor de 3.522 millones de euros. La compañía nipona es una de las pocas que especifica qué quiere financiar con estos fondos: la compra de vehículos híbridos.
En lo poco que va de año se han registrado dos emisiones, ambas del Banco Europeo de Inversiones por valor de 287 millones de euros, que ofrece una rentabilidad del 1,3%. Esta misma institución fue la que inauguró 2014 como el año del boom de estos títulos de renta fija, con dos colocaciones de 634 millones de euros a un interés del 1,6% y un plazo de contratación de 11 años. Pero ni en sus primeras operaciones en 2014 ni en el comienzo de 2015, el organismo especificó qué financiará con estos ingresos. A pesar de que estas emisiones son verificadas por auditores independientes, no hay una obligación de especificar los proyectos.
Los mejores y los peores rendimientos
l ¿Qué es un bono verde? Un título de deuda por el que el emisor se compromete a que el dinero captado por los inversores se dedicará a financiar proyectos ambientales. Una empresa, un organismo público, una organización mundial o un banco puede colocarlos previa certificación de una auditora, aunque no todos especifican el proyecto en el que ponen sus divisas.
l ¿Quién los compra y quién los emite? Fondos de inversión, planes de pensiones y fondos soberanos, como el noruego, el catarí o abudabí son los principales suscriptores. Entidades financieras (Banco de Holanda, Banco de Desarrollo de Japón, Banco de Noruega, Lloyds Bank), organizaciones mundiales (Banco Mundial), entidades locales (como la canadiense Ontario), empresas energéticas (GDF-Suez), automovilísticas (Toyota) y papeleras (Svenka Celulosa) colocaron estos títulos de deuda.
l Las mayores rentabilidades El Banco Europeo de Inversiones lanzó los bonos verdes más rentables en febrero de 2014. Colocó títulos al 7,8% de interés y por un plazo de cuatro años, para financiar proyectos ambientales. Le siguió Abengoa, con una emisión de títulos lanzada más tarde, en septiembre del año pasado, al 6,5% y con una duración de cinco años.
l Los peores rendimientos El fabricante Toyota fue el emisor de estos bonos que peor rentabilidad ofreció a los inversores, a un 0,2% de interés.