Rosell y Garamendi pactan la cúpula de la nueva CEOE
Cuando el 17 de diciembre Juan Rosell, recién reelegido presidente de la CEOE por un estrecho margen de 33 votos, tomó la palabra ante sus electores sorprendió a propios y extraños la dureza de su primer discurso. Habló de un supuesto juego sucio por parte del equipo de su oponente, el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, reconoció haberse sentido traicionado y dio a entender que tomaba nota de todo lo ocurrido. Ese inusual tono en la primera intervención del vencedor de unas elecciones, unido a la exigua diferencia de votos obtenida en las urnas hacían presagiar una patronal fuertemente dividida y muy difícil de gobernar.
Sin embargo, tal y como reconocen fuentes de la organización, “hasta Nochevieja, las aguas bajaron revueltas, después ha habido contactos entre ambos dirigentes y todo ha vuelto a una situación más normal, se ha calmado bastante”. Tanto los más cercanos a Garamendi, como las fuentes oficiales de la patronal insisten en que los dos líderes ya dijeron durante la campaña electoral que al día siguiente de la votación, trabajarían unidos en beneficio de la organización y eso es lo que al menos quieren trasladar ahora ambas partes.
Hoy se podrá comprobar si ese acercamiento es una realidad o responde más a los deseos de unos y otros de encarar el segundo mandato de Rosell de manera tranquila. Y es que este miércoles se reúne por primera vez la Junta Directiva después del proceso electoral y en ella el presidente designará a sus vicepresidentes y comunicará su propuesta para la composición del Comité Ejecutivo.
Representación en las comisiones
Rosell anunció en la campaña que nombraría solo cuatro vicepresidentes. La quinta vicepresidencia será la ocupada por el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, ya que está establecido en los estatutos que el máximo responsable de la patronal de las pequeñas y medianas empresas sea vicepresidente nato de la CEOE.
Para esas cuatro vicepresidencias están prácticamente confirmados los dirigentes de la organización de Madrid, CEIM, Juan Pablo Lázaro, y el presidente de Fomento del Trabajo, Joaquim Gay de Montellá. Ambos apoyaron a Rosell y representan a las dos organizaciones territoriales más poderosas de toda la CEOE. Las otras dos no están tan claras, pero, salvo sorpresas, todas las fuentes consultadas dan por hecho que Rosell y Garamendi habrían consensuado dar entrada en la cúpula a una mujer: la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos y es más que probable que el cuarto sillón sea para el presidente de la patronal de las grandes constructoras Seopan, Julián Núñez, que también respaldó la candidatura de Rosell.
No se descarta, no obstante, que en lugar de la construcción quien finalmente se haga con la cuarta vicepresidencia sea la patronal valenciana Cierval. En este caso, el equilibio de fuerzas, dos sectoriales (Cepyme y Unespa) frente a tres territoriales (Madrid, Cataluña y Valencia) “no respetaría el peso que unas y otras tienen en el seno de CEOE”, recuerdan desde la patronal.
Quienes conocen a fondo el funcionamiento de la organización admiten que estar o no en las vicepresidencias no es tan relevante, “al fin y al cabo se trata de cargos de representación”. Sí lo es, en cambio, formar parte del Comité Ejecutivo o presidir alguna de las comisiones que tiene la patronal. “El comité, pero sobre todo las comisiones son claves, son el día a día de la casa y lo que allí se cocina es lo que realmente le interesa a las empresas, puesto que sus presidentes son quienes se reúnen con los responsables políticos, por ejemplo”, explican otras fuentes de la patronal.
En este caso, en la composición del Comité Ejecutivo (en la actualidad formado por 46 dirigentes) y el reparto de las comisiones todas las fuentes consultadas vuelven a ser tajantes. “No nos consta que nadie contrario a Rosell que deba estar en el Comité Ejecutivo no vaya a estar. Nadie espera que Rosell excluya de la dirección a quienes apoyaron a Garamendi solo por eso, puede que lo haga, pero por otras razones. De lo contrario, sería el fin de la patronal, tal y como la conocemos”, sostienen otros portavoces.
De hecho, las mismas fuentes apuntan que ambos habrían decidido que las dos comisiones más importantes, la de presupuestos y la de régimen interno se repartan entre Juan Pablo Lázaro (CEIM) y el propio Garamendi. Todo un gesto por la paz.