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En cuatro meses en la presidencia no ha dejado de sorprender al mercado

Botín cambia el consejo, la gestión, el capital... ¿Y el negocio?

Ana Botín, presidenta del Banco Santander
Ana Botín, presidenta del Banco Santander

Nuevo equipo, nuevas formas y nueva estrategia. Ese parece que es el sello que ha plasmado Ana Patricia Botín en Santander tras asumir su presidencia hace ahora cuatro meses. El modelo anglosajón, importado de la filial de Reino Unido, parece que se ha impuesto en el grupo en menos de lo que inicialmente se preveía. Los cambios en el consejo de administración y el nombramiento de José Antonio Álvarez como consejero delegado daban forma a esta transformación, que ha tenido como colofón una ampliación de capital de 7.500 millones de euros, realizada en solo 24 horas al estar dirigida únicamente a inversores instituciones.

La ampliación se ha diseñado “en pocas semanas”, como aseguró Álvarez el jueves pasado, ocho días después de asumir el cargo de número dos de Santander, aunque su nombramiento se realizó a finales de noviembre. Puede ser por esta rapidez por la que la operación tuvo el jueves que ser aprobada en un consejo extraordinario reunido el mismo día de anunciarse la operación.

Y quién mejor que José Antonio Álvarez, conocido y respetado por los inversores internacionales, y José García Cantera, director financiero del grupo, para llevar a cabo esta ampliación acelerada de capital, con la que Santander logra codearse nuevamente con los bancos occidentales con mayor fortaleza (aunque los test de estrés demostraban la resistencia del grupo español, el mercado lleva tiempo reclamando a los bancos los ratios más exigentes de 2019 y Santander aquí cojeaba).

Otro cambio importante, es el de su política de dividendos. Se reduce en un 66%, aunque vuelve al pago en efectivo. Destinará a remunerar al accionista entre el 30% al 40% de su beneficio. El objetivo es estabilizar el pay-out al final en el 40%. Varios expertos consideran que el recorte “es lógico. No era muy normal que distribuyera entre efectivo y acciones más dividendo que el beneficio que obtenía anualmente en plena crisis”. Pero ven otras señales importantes que pueden marcar la tendencia de otros bancos. Santander niega que el BCE haya recomendado la ampliación y reducción de capital, aunque los expertos y otros bancos aseguran que “el hecho de que lo haya hecho el mayor grupo financiero español marca una tendencia y puede servir al BCE (ahora supervisor único bancario) para hacer un guiño al sector”.

El pasado 19 de noviembre otro banco español, BBVA, también realizó una ampliación acelerada de capital. En este caso por 2.000 millones de euros, cuyo destino fue la compra de un 15% adicional del capital del turco Garanti, con lo que asume su control al alcanzar una participación del 40%. El jueves, 8 de enero, un día después de que se iniciaran las rebajas de invierno, Santander sorprendía al mercado con su macroampliación. Y pese a que sus acciones se desplomaron tras la vuelta a cotizar el viernes, el hecho de que el mismo jueves hubiese ya sobredemanda de títulos del banco supone un voto de confianza hacia el nuevo equipo y su gestión.

El escollo puede venir para el resto de los bancos que tenían entre sus previsiones para este año captar también fondos en el mercado. Bankia, BMN, Cajamar, Ibercaja o Unicaja, por ejemplo, son algunos ejemplos de entidades que quieren salir a Bolsa o lograr su privatización antes de 2017, y si pueden lo harán este año. ¿Los inversores seguirán interesados en participar en estos procesos, o el mercado ya ha agotado su cupo de inversión en la banca española?. Un experto asegura con rotundidad “que quien da primero da dos veces. Y Santander por necesidad o no, lo cierto es que se ha adelantado a sus potenciales competidores con la ampliación de capital anunciada el jueves. No ha perdido ni un minuto”. Pero también insiste en que “lo que ahora sobra en el mercado es liquidez”.

El nuevo rumbo de Santander dirigido por Ana Patricia Botín no ha cambiado –por lo menos por ahora– lo que ha sido la esencia del grupo: hacer banca comercial con el cliente como foco. Santander ha enfatizado que su objetivo es aprovechar el cambio de ciclo para ganar cuota de mercado en los principales mercados en los que opera, entre los que destaca España. Y para ganar cuota de mercado lo más efectivo es lanzar ofensivas comerciales, y de eso Santander sabe mucho. Con la crisis de las cajas de ahorros el banco dirigió su estrategia a la captación de depósitos, y lo logró. Se llevó más de 30.000 millones de euros entonces bajo la gestión de las cajas. Ahora su objetivo es el crédito, incluido el hipotecario, como recordó el jueves el número dos del banco.

Sea por necesidad, presión de los mercados, o como dice la versión oficial, para crecer de forma orgánica, lo cierto es que la ampliación de capital llevada a cabo pone en forma a Santander para atacar los nichos de negocio en los que esté interesado. Además, el anuncio de esta operación pilló con el pie cambiado a sus más directos rivales. No hay que olvidar que el factor sorpresa también se encuentra incluida en el ADN del grupo, y si hay algo que no se puede alterar es precisamente esto.

Como muestra un botón. Desde que Ana Patricia Botín llegó a la presidencia de Santander no ha dejado de sorprender a sus rivales y al mercado. Cambios en el consejo, dirección, en la estrategia de captar capital y de su política de dividendo. Queda pendiente su sello en el modelo comercial.

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