Las empresas familiares prevén más ventas y empleo en 2015
El tercer barómetro europeo de la empresa familiar, realizado por KPMG en colaboración con las Asociaciones Territoriales vinculadas al Instituto de la Empresa Familiar, muestra como la crisis empieza a ser “historia del pasado”, tal y como reveló el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en un acto empresarial celebrado a principios de diciembre. Si en diciembre de 2013, el pesimismo era generalizado entre los empresarios, con un 25% de los encuestados que calificaban la situación de negativa, esta percepción ha cambiado significativamente en las dos siguientes encuestas, con caídas en los porcentajes al 9% en junio de 2014 y al 8% en diciembre de 2014. En el otro lado, las empresas que hacen una valoración positiva sobre la situación económica ha pasado del 42% en diciembre de 2013 al 64% doce meses después.
El estudio, que se ha realizado tras consultar a 180 empresas familiares entre septiembre y octubre de 2014, revela como los distintos indicadores de actividad (empleo, facturación o negocio en el exterior) han mejorado con fuerza en la última parte de 2014. “La recuperación económica empieza a reflejarse en la creación de empleo, el mayor reto de la economía española, puesto que casi la mitad de los directivos o propietarios de empresas familiares encuestados han aumentado plantilla en el segundo semestre de 2014 frente al 25% del mismo período de 2013”, remarca Juan José Cano, socio responsable de Empresa Familiar de KPMG en España.
Algo similar se puede concluir tras analizar la evolución de la facturación y de la actividad en el extranjero en las tres ediciones del barómetro. En diciembre de 2013, solo el 26% auguraba que sus ventas mejorarían; seis meses después, ese porcentaje creció hasta el 50% y el pasado mes llegó hasta el 56%, incluso dos puntos por encima de la opinión de los empresarios europeos consultados.
El 67% de las 180 empresas encuestadas en España creen que su actividad en el exterior creció en la segunda mitad de 2014. Un porcentaje que, sin embargo, está por debajo del 74% de diciembre de 2013 y del 71% de 2014. La respuesta a esta evolución puede ser la recuperación de la demanda interna, lo que habría llevado a un número importante de empresas a volver a mirar al mercado interno, después de seis ejercicios de crisis en los que la exportación era el único asidero para garantizar la supervivencia de la compañía.
La principal preocupación entre los empresarios sigue siendo la disminución de la rentabilidad, con un 58% de las respuestas, seguido por la incertidumbre política, con un 31%. La posible irrupción de Podemos en el panorama político español ha llevado a los responsables del Instituto de Empresa Familiar a reclamar un pacto de estado entre las grandes fuerzas para garantizar estabilidad política en un momento en el que los mercados están vigilando cada uno de los pasos que da España.
En tercer lugar se sitúa el incremento del coste de la energía, con un 28% de las respuestas. Algunos empresarios del sector de la máquina-herramienta o del siderúrgico han criticado que los ahorros logrados por la reducción de los salarios y la flexibilidad en la reforma laboral se han disipado con el incremento del coste de la energía.
Solo el 21% ha tenido problemas para financiarse
La falta de crédito bancario para financiar tesorería e inversión ha sido una de las principales quejas de las empresas españolas en su travesía por la crisis. En el primer barómetro de la empresa familiar, realizado en diciembre de 2013, el porcentaje de compañías que reconocían dificultades para acceder a la financiación fue del 61%. Una cifra que se redujo a la mitad en junio de 2014 y que a finales del pasado ejercicio quedó en el 21%. “Se aprecia una mejoría del acceso a fuentes de financiación tradicionales, si bien en los últimos años hemos conocido con mayor profundidad otras alternativas”, apunta Carlos Manuel Rodríguez, presidente de la Asociación Asturiana de la Empresa Familiar.
El estudio divide las conclusiones en función si la financiación que se persigue procede o no de los bancos. En el primer caso, el 69% de los encuestados considera que el principal reto que asumen es el aumento de las garantías requeridas para obtener préstamos, seguido en segundo lugar por la reducción de las sumas concedidas, con un 49%. En tercera posición, con un 23%, las firmas denuncian el nulo interés de la banca por financiar a las empresas.
De las nuevas fórmulas de financiación no bancaria, los encuestados se decantan de forma masiva por la ampliación de capital para incorporar nuevos socios como la alternativa más atractiva, con un 38% de las respuestas. En segundo lugar, con un 28%, aparece la entrada de inversores no bancarios, como hedge funds o private equity. Las nuevas fórmulas creadas en paralelo al mercado contínuo, como el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) o el Mercado Alternativa de Renta Fija (MARF), apenas captan el interés del 18% y del 16% de los empresarios encuestados.