¿Hasta dónde llegará el efecto contagio de Grecia?
La inquietud provocada por la situación política de Grecia ha afectado a otros países, sobre todo los de la periferia europea, como viene siendo habitual en esta crisis, en la que los países del sur de Europa parecen ir de la mano en lo bueno y en lo malo. La fallida elección del presidente del país heleno por parte del Parlamento –el candidato del Gobierno no obtuvo los votos necesarios en la tercera y definitiva votación- y el adelanto de elecciones al 25 de enero -18 meses antes de lo previsto- provocó ayer abultadas caídas en la Bolsa de Atenas (llegó a caer un 12% aunque cerró con un descenso del 3%) y en otros índices como el español o el italiano, que cedieron más de un 2,5% en algunos momentos. El Ibex 35 continúa hoy en negativo pese a que el índice griego recupera algo de terreno.
Asimismo, la prima de riesgo de Grecia se disparó ayer más de 100 puntos básicos, con el interés del bono griego a diez años subiendo del 8,5% al 9,7%. En cambio, la prima de riesgo de España parece haber asumido el adelanto electoral y la posibilidad de que el Gobierno resultante incumpla sus compromisos con la Unión Europea, y se mantiene en torno a los 110 puntos básicos con la rentabilidad del bono a una década en el 1,62%. Las primas de riesgo de otros países de la periferia europea seguían la misma tendencia que la de España; la de Italia perdía un punto básico hasta 143, la de Portugal permanecía en 221, e incluso la de Grecia se reducía hoy ligeramente, hasta 892 puntos básicos.
Los expertos consideran que en esta ocasión el efecto contagio de Grecia sea más limitado que en 2012 por varias razones. "En primer lugar, las economías de la región del euro están más sólidas que hace dos años y, sobre todo, el BCE está vigilante y dispuesto a intervenir en los mercados de bonos, lo que da mucha confianza a los inversores", aseguran desde Link Securities.
Aunque el mercado percibe la deuda alemana como valor refugio (el interés del bund ha caído al 0,55%) ante la posibilidad de que el partido griego de izquierda Syriza, que está en contra del programa que el país ha llevado a cabo a cambio de las ayudas europeas, se haga con la presidencia, ha aumentado la confianza de los inversores en países como España, donde la economía vuelve a crecer.
"Es bastante factible que la crisis griega termine siendo un problema local que deberá afrontar el nuevo Gobierno que salga de las urnas, el cual se verá forzado a negociar con los acreedores del país, entre ellos el FMI y el propio BCE", añaden en Link.
No obstante, los analistas coinciden en que hasta las elecciones griegas del próximo 25 de enero la tensión seguirá planeando en los mercados de la región. Además, dependiendo del resultado de los comicios, el nerviosismo puede perdurar hasta que se conozcan las intenciones del nuevo Gobierno que salga de las urnas.