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Columna
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Cuando lo bueno es malo

Circular del Despacho de Presidencia de la Sociedad de Presidentes Indecentes:

Con gran orgullo damos la bienvenida al más nuevo, y casi con toda seguridad al mejor vestido, miembro de nuestra sociedad, Michael Jeffries. Como recuerdan las actas de nuestra reunión mensual celebrada a finales de enero, Michael trabajó como presidente de la cadena de moda Abercrombie & Fitch durante 18 años hasta que su consejo de administración lo despojó del título injustamente y sin miramientos, relegándolo a la tarea de consejero delegado. Como era de esperar, Michael anunció ayer su intención de abandonar la empresa, con efecto inmediato.

Aunque estamos encantados de sumar otro estimado ex presidente a nuestras filas –especialmente uno que no pertenecía al sector bancario– se deja constancia de que la llegada de Michael estuvo acompañada de otra de esas decisiones, no muy diferentes de las que ya conocen los miembros de esta sociedad, hechas bajo la rúbrica del buen gobierno corporativo.

Como señala la declaración de nuestra Sociedad: “el control completo y total de la junta directiva solo es posible en los casos en que el directivo retiene tanto el cargo de presidente como los títulos ejecutivos. Las excepciones permisibles incluyen los casos en que dicho ejecutivo permanece como presidente, pero renuncia al título de jefe ejecutivo en favor de una larga relación”. Desde Abercrombie & Fitch se han violado estas normas. El consejo de administración apuntará, sin duda, al incremento de 120 millones de dólares (97 millones de euros) en el valor de mercado de la compañía como prueba de que su proceso para eliminar a Michael, comenzando por despojarlo de la posición de doble dirección y que ha durado un año ha sido un éxito.

Dejen, sin embargo, que la Sociedad muestre que la situación de Michael demuestra una vez más a los llamados defensores del buen gobierno corporativo que quitar la función de presidente a un ejecutivo no es más que un acto punitivo que será acogido con casi cierta resignación.

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