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Columna
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Un dólar fuerte puede dar jaqueca

La perspectiva de un dólar más fuerte es ahora un dolor de cabeza de 10 billones de dólares (más de 8 billones de euros) para la economía global. Quienes se han financiado cargándose de la barata deuda en dólares desde la crisis financiera podrían entrar en serias dificultades –especialmente si no tienen suficientes ingresos moneda estadounidense para pagar a los acreedores–. La amenaza a la estabilidad financiera es elevada.

Las cifras son alarmantes. Las reclamaciones internacionales de los bancos mundiales sobre el sector privado no bancario –la suma de los préstamos transfronterizos y en divisas extranjeras otorgados por sus filiales locales– ha alcanzado 9,5 billones de dólares, según el último informe trimestral del Banco de Pagos Internacionales. Además, las corporaciones privadas no bancarias en los mercados emergentes se han financiado con más de 500 millones de dólares en los mercados de bonos internacionales entre 2009 y 2013.

Se desconoce el desglose real por divisas de estos pasivos. Pero es posible asegurar que gran parte de la deuda tendrá que ser abonada en dólares. Eso podría ser un reto. El dólar ha subido un 12% frente a una cesta de monedas de sus principales socios comerciales desde finales de junio. Una mejora en el mercado de trabajo estadounidense podría ver el dólar extender su ascenso en 2015.

Quienes se han financiado en esta moneda podrían encontrarse con un incremento de su carga de deuda junto con un dólar cada vez más fuerte. En muchos mercados emergentes, la demanda interna se está debilitando. Al mismo tiempo, el crecimiento mundial sigue siendo anémico, y los precios de las materias primas –las exportaciones esenciales de muchas naciones en desarrollo– van en caída libre. Cuanto más fuerte sea la subida del dólar, mayor será la presión sobre los prestatarios en los países relativamente más pobres. El riesgo de problemas con la deuda es probablemente más alto en China.

El dolor de cabeza de los 10 billones de dólares se podría convertir en una terrible migraña.

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