La decisión sobre el QE, el primer trimestre de 2015
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), el portugués Vítor Constancio, ha apuntado que en el primer trimestre de 2015 la institución estará en condiciones de calibrar si las medidas adoptadas cumplen con las expectativas de la entidad y si es necesario incorporar nuevos programas de compra de activos, incluyendo bonos soberanos.
“Por su puesto, tenemos que vigilar de cerca si el ritmo de su evolución (de las medidas adoptadas) está en línea con las expectativas”, dijo Constancio durante su intervención en una conferencia en Londres, donde indicó que “en el primer trimestre del próximo año seremos capaces de calibrar mejor si este es el caso”.
“Si no, tendremos que considerar la compra de otros activos, incluyendo bonos soberanos en el mercado secundario, el más voluminoso y líquido de los disponibles”, añadió el banquero luso.
No obstante, el vicepresidente del BCE subrayó que se tratará de “una decisión de pura política monetaria”, enmarcada dentro del mandato de la institución y de las competencias legales del BCE.
En este sentido, el banquero luso rechazó que el bajo nivel actual de la rentabilidad de los bonos soberanos implique que las políticas no vayan a ser efectivas, puesto que, en su opinión, la transmisión alcanza más allá del efecto directo en el rendimiento de los valores comprados.
“Incluso menos válido es el argumento de que las compras de bonos soberanos, en caso de ser consideradas necesarias, aliviarían la presión sobre los Gobiernos para acometer reformas estructurales”, apuntó Constancio, quien señaló que “no es tarea de un banco central ejercer más o menos presión sobre los Gobiernos para que adopten las políticas de la que son responsables”.
El BCE inició el pasado mes de octubre un programa de compra de bonos garantizados al que sumó la semana pasada un plan de adquisición de deuda empaquetada o ABS, que sumados a las subastas de liquidez programadas por la institución, pretenden devolver el balance de la institución a niveles similares a los de principios de 2012, cuando superaba los tres billones de euros, frente a los dos billones actuales.