El agitado mercado británico de las ‘telecos’

La velocidad de la intensidad tecnológica imprimida a la economía tras la crisis financiera, que culminará con la digitalización de las comunicaciones e impondrá un salto cualitativo a la digitalización de los procesos productivos, está agitando de manera explícita el mercado corporativo en Reino Unido. Las empresas de telefonía están comercializando a saco ofertas convergentes con servicios de comunicación fija, telefonía móvil, acceso a internet con tráfico de datos y televisión de pago, y curiosamente el gigante de las islas, British Telecom, no dispone de plataforma móvil. Por ello busca desesperadamente una alianza o una adquisición que supla sus carencias, y ahora admite negociaciones en varios frentes bien para adquirir O2 de Telefónica, o bien para comprar EE (Everything Everywhere) a Deutche Telekom y Orange, sus propietarios, o bien para compartir negocios. La valoración de las operaciones que manejan los bancos de negocios para los vendedores potenciales parecen buenas oportunidades para sus accionistas, ya sea por ampliación del balance o por una reducción que alivie el endeudamiento. Y la clientela saldrá beneficiada en todo caso por la fuerte competencia abierta en la provisión del servicio, siempre que no se produzca una concentración excesiva.