¿Cómo preparo mi casa para el invierno?
Aunque pareciera que no fuese a llegar, el invierno ya está aquí. Las bajas temperaturas serán la tónica dominante durante los próximos meses. En esta época del año, a las facturas comunes del hogar hay que sumarle el incremento de la factura del gas. La calefacción es el gasto que viene ligado al invierno y que hay que tenerlo muy en cuenta dentro del presupuesto.
Aunque en los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística relativos a los Presupuestos Familiares de 2013 el gasto medio por hogar realizado en electricidad, gas y otros combustibles ha caído 25 euros, este grupo de gasto referido a la vivienda y suministros es el que más peso tiene en el presupuesto de cada hogar –se dedicaron cerca de 9.000 euros de media a este tipo de gasto–. Mucho dinero al año es por tanto el que se le destina a todo lo relativo a la vivienda, y la calefacción entra en este gran gasto, por lo que con ejecutar pequeñas acciones es posible reducir el gasto en calefacción y conseguir ahorrar. Se trata de asimilar unos hábitos de consumo responsable en cuanto a la calefacción sin que ello suponga tener que pasar frío en el hogar.
¿Qué hacer?
- Regula la temperatura. Tener un termostato con el que poder regular la temperatura es una gran ayuda. Una habitación ya es confortable sin que la temperatura sea mayor a 20°C de día y a 17°C de noche. Además no solo resulta interesante regular la temperatura general de la calefacción sino que existen termostatos para los radiadores que harán controlar la temperatura en cada habitación. Los expertos aseguran que por cada grado que se reduce, se consigue alcanzar un ahorro del 7-8% en la energía consumida. Además se aconseja apagar la calefacción de noche y encenderla pasado el mediodía, tras aprovechar los posibles rayos de sol.
- Aislamiento. Ni fugas de calor ni entradas de frio. Eso es lo que se pretende cuando uno equipa su casa para el invierno. Y eso se consigue realizando un trabajo de aislamiento en puertas, ventanas y balcones. Merece la pena invertir –si es posible– en buenos cerramientos que consigan reducir el consumo de calefacción. Si las posibilidades no son tales, utilizar silicona para aislar, así como burletes en puertas y ventanas, reducirá la fuga de calor y entrada de frío, con el consiguiente ahorro.
- Pequeños consejos. No cubrir los radiadores ni utilizarlos para secar ropa mojada, ello aumentará el consumo ya que no permite que el calor se emita y circule correctamente. Situar paneles reflectantes detrás del radiador hará que el calor “rebote” y se expanda mejor y no se quede en la pared. Colocar alfombras hace que la pérdida de calor sea menor.
- Importancia de una buena instalación. Comprobar previamente el estado de la instalación es importante. Una instalación defectuosa hará que el consumo en calefacción sea mayor. Además proceder a purgar los radiadores y limpiar la propia caldera antes de que comience su utilización son pautas recomendables.
Pequeños hábitos de consumo, que de asimilarlos y emplearlos supondrán un ahorro en la temida factura de gas y electricidad.